Cap. 39

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Tres semanas después…

  Un café era saboreado por los labios de una pelirroja que se encontraba junto a su mejor amiga Olivia que al ser las 9:05 am; se dispusieron a desayunar en una cafetería cerca de la avenida del parque de Londres, uno de los más icónicos que todos adoran o eso pudo intuir Alba que no paraba de sonreír, por las locuras que estaba diciendo la castaña ahora con el cabello corto ambas usaban trajes de abrigo la época de diciembre, estaba por acercarse y cada una usaba ropas bien abrigadas.

   De pronto Alba recibió un mensaje en su nuevo teléfono, que compro hace poco en su nuevo empleo siendo una asistente de almacén de una agencia de correos muy conocía en todo Londres, le encantaba su empleo y no lo cambiaría por nada. Pensó antes de abrir el mensaje.

Darío P.

—Hola Ángel, ¿estás en el trabajo?

   Enseguida una sonrisa broto de los labios de Alba, que su amiga no dudo en comentar al dejar la taza sobre la mesa.

— ¡Hey! Y esa sonrisa, no me digas es Darío. —pudo intuir, mientras ella negaba.

—Bruja.

—Di lo que quieras, pero sé que esos ojitos te brillan cada vez que hablas con él. —asocio la castaña, volviendo a tomar otro sorbo de café.

—Eso no es cierto. — se quejó, al rodar los ojos.

—Bueno sigue engañándote, además responde seguro te mueres por hacerlo. —la desafío, sin borrar su sonrisa.

    La pelirroja negó antes sus palabras, pero se enfocó en dar una respuesta al mensaje que recibió.

Yo
—Hola… hoy es mi día libre, y estoy con Olivia.

   La respuesta no tardó en llegar.

Darío P.

—Entiendo, ¿tienes planes para esta noche?

   Enseguida frunció el ceño, por esa pregunta que después de un minuto envió.

Yo

—No que recuerde, sr. Darío.
   Se sorprendió de la su respuesta inmediata, imagino que estaba en su oficina.

Darío P.

—Ángel… creo recordarte que me digas por mi nombre, al decirme señor me siento viejo.

   Alba se tapó los labios para no expresar mucho su sonrisa, mientras Olivia no la perdía de vista reconociendo, que uno de los Magnates tenía el corazón de su mejor amiga algo que decido callar.

Yo

—Lo sé… pero me conoces y suelo ser muy educada con las personas.

  Después de un minuto, obtuvo su respuesta.

Darío P

—No es necesario conmigo, además no respondiste a mi pregunta.

Yo

—No tengo planes, estoy libre.

Darío P

—Perfecto, porque vendrás a cenar conmigo y pasare a buscarte, a las 8:00 pm.

   Se sorprendió, pero solo se encargó de decir.

Yo
—Está bien… nos vemos después.

   Al enviar ese último mensaje se concentró en su amiga que no dejaba de sonreír; pero ella solo negó antes sus pensamientos tontos.

— ¿Qué? No he dicho nada Alba. — se quejó, darle un mordisco a su panecillo relleno de mermelada.

Magnate X Magnate 💼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora