Cap. 41

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Los días fueron pasando, convirtiéndose en semanas y esas semanas en dos meses los más largos, que cada uno pudo vivir estaban a mediado de febrero, y los pensamientos de Alba la llevaban a ese viaje; donde visito a sus padres, allí una verdad le trajo un sabor amargo, esa mañana estaba en su trabajo revisando el inventario que iba a ser entregado a Venezuela era su destino y suspiro con pesar y entrego a su jefe mayor que no dudo en preguntarle por su semblante.

- ¿Todo bien Alba? -pregunto.


-Sí señor, no se preocupe es solo cansancio. -respondió devuelta, para pasarle por un lado y seguir trabajando.

Durante las siguientes horas, se enfocó en su trabajo que olvido contestar las llamadas de Darío y Olivia; cuando las pudo ver fue en su hora de almuerzo que le escribió a cada uno por qué no contestaba y solo su novio la llamo para estar más tranquilo.

-Hola Darío.


-Hola mi ángel, ¿todo en orden?


-Sí... solo estoy algo cansada, más bien como te va a ti en la empresa.


-Excelente cerramos un acuerdo con unos japoneses, así que tendremos cena en casa de mi familia.

Hizo una mueca, por verse incomodando a la familia Price, que la han tratado con cariño.

-No lo sé Darío, no quisiera importunar.

- ¡Por Dios! Mi ángel no vas a molestar.

-Solo decía... además quisiera ir al lago en vez de una cena.

Un silencio pudo percibir Alba, antes de oír la voz de él.

-De acuerdo. La cena esta cancelada, iremos al lago te quiero te pasare buscando a la ocho.

-Ok... estaré lista.

Al colgar, supo que la voz de su secretaria lo mantenía ocupado; pero su novio era tan testarudo, que no le importaba hacer esperar a su personal, curvo una sonrisa al pensar en Ortencia y lo ajetreada, que siempre estaba en su departamento. A medida que volvió a su labor, lo hizo manteniendo una sonrisa y lo siguió haciendo hasta dar el cierre de su jornada, por lo que al salir tomo un taxi que la llevaría directo a la casa que compartía con Olivia.

A continuación, el taxi llego en quince minutos los justos, le entrego su pago al chofer y salió directo a la puerta de entrada que al abrirla su amiga la recibió con un abrazo, además de ver muchas flores en cada rincón de la casa eso la dejo sin palabras, pero su amiga le explico.

-No te asustes, son para ti, las envió tú súper Magnate. -suspiro; al tocar unas flores que eran amarillas siendo claveles.

- ¡Oh por Dios! Esto es inaudito de su parte, como exagerado. -añadió al mirar unas rosas blancas que llamaron su atención y se dispuso a oler.

-Si lo vez exagerado, solo mira lo que dicen las tarjetas amiga. -señalo la castaña al mostrársela y descubrir lo que decía.

-Eres mi todo.

-No puede ser, debo leerlas todas. -confeso al mirar cada ramo dispersado por la sala.

-No será necesario Alba, solo hay dos y el segundo lo tienes de frente a ti. -explico, haciendo que la aludida, se girara en su eje y ver una flor, algo extraña pero reconoció como únicas; que no se dan en su país.

-Son orquídeas, nativas de mi país natal. -argumento al dar los pasos restante y tomar el ramo floreado de ellas y sacar la tarjeta en color blanco.

Magnate X Magnate 💼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora