GRAVEDAD (KOOKMIN)

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4:00pm

Jimin alzó su vista hacia la inmensa mansión, era hermosa e imponente, la majestuosa estructura se encontraba escondida entre montañas y arboles congelados dándole un aire de cuento de hadas.

El Alfa peli negro lo sostuvo del brazo ayudándole a caminar hasta que entraron a la edificación, no pudo evitar maravillarse con los hermosos acabados y las bellas pinturas que decoraban el lugar.

-Bienvenido cariño...

Una voz que preferiría no reconocer llamó su atención haciendo que sus ojos se elevarán hasta lo más alto de las enormes escalas.

-...¿Qué te parece tu nuevo hogar?

El Alfa peli gris bajó las escaleras hasta quedar en frente de su nueva adquisición - Bien echo - Se dirigió al elegante Alfa peli negro - Lo que acordamos está en el auto.

Sostuvo a Jimin con su mano derecha encaminándolo hacia el tercer piso.

Pasaban por el largo pasillo, el Alfa le mostraba cada una de las habitaciones, algunas habitadas y otras vacías, se permitió dejar vagar su mirada por toda la instalación, las ventanas no tenían barrotes ni seguridad, las puertas tampoco tenían seguro ni candado, en la parte del techo alcanzó a divisar cámaras de seguridad, seguramente tenían un circuito cerrado de vigilancia.

Su mente trabajaba rápidamente tratando de hacer un plan de escape, si lograba salir de la mansión era seguro que en un par de kilómetros se congelaría, habían demorado alrededor de 8 talvez 9 horas en llegar hasta ese lugar ¿O fueron días? Mierda, estaban demasiado apartados de la civilización cómo para correr y pedir ayuda, estaba seguro que ya no se encontraban en corea, maldita sea, por eso era imposible que alguien supiera de ese lugar.

-Tú eres mi prometido Jimin.

Escuchó decir al Alfa pero su mente no quería prestarle atención a ese imbécil, sólo quería encontrar una forma de escapar.

-Esta es mi habitación.

Ahora si Jimin le prestaba atención - ¿Y? - Cuestionó en un tono molesto.

El hombre mayor sonrió mientras habría la puerta, sostuvo con fuerza uno de los brazos atados del Omega.

-Debes entender mi amor que acá se manejan reglas, mis reglas - Sonrió sádicamente y el Omega tembló - Y la primera - Liberó el agarre que tenía en su brazo para posicionarse detrás de su cuerpo - Es que - Sostuvo con su mano fuertemente el mentón de Jimin y con un poco de fuerza lo hizo ladear su rostro - Debes llevar mi marca... - Pasó su asqueroso aliento por el cuello del menor.

Jimin pataleó con todas sus fuerzas, trató de ladear su cabeza nuevamente, trató firmemente de zafarse del agarre del estúpido Alfa pero era imposible ese hombre tenía demasiada fuerza.

-... Como todos mis Omegas - Terminó de hablar el viejo Alfa enterrando sus dientes en la intercepción que formaba el cuello y hombro de Jimin.

Un gritó de dolor salió de los rosados labios del Omega al igual que las lágrimas se desbordaban por sus mejillas, sintió a Mochi gimotear de asco y desesperación, el no quería esto, su lobo tampoco lo quería, el nunca había querido tener la marca de ningún Alfa y ahora estaba allí recibiendo una en contra de su voluntad.

"¡JK!"

"¡JUNGKOOK!"

Llamaron a su Alfa pero no obtuvieron respuesta, claro que no la tendrían ¿En qué estaban pensando? no estaban enlazados además tenían miles de kilómetros de distancia era imposible que su Alfa los escuchara.