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7:00am

Jimin trataba de abrir sus pesados parpados, la noche anterior había sido amordazado, amarrado y sedado, apenas sus facultades motoras regresaban a su cuerpo, ahora se encontraba dentro de un automóvil que no reconocía, la venda de sus ojos y de su boca habían sido retiradas y la droga poco a poco se iba disipando de su organismo.

Sus ojos azules se abrían lentamente tratando de acostumbrarse a la implacable luz - Veo que despertaste - Una ronca voz que no distinguía había hablado a su oído provocando que todo su cuerpo se estremeciera.

-¿Dónde.... - Trató de hablar sintiendo su garganta seca -... Estoy?

-Lejos - Se limitó a contestar el Alfa.

Los ojos del Omega parpadearon un par de veces mientras divisaba la parte exterior del auto, sus ojos se abrieron en total asombro, el blanco era el color predominante del lugar, todo permanecía bajo una hermosa capa de nieve ¿Dónde mierda estaba? Nunca en su vida había visto tanta nieve junta.

-¿Quién... ?

Volteó a mirar al Alfa pero sus palabras no salieron al ver esos preciosos ojos negros, sonrisa encantadora, mandíbula definida, labios delgados y rosados, el cabello negro acompañado de un par se canas, maldición, era demasiado guapo tanto como su peli negro.

El Alfa agrandó su sonrisa al ver al pequeño Omega quedarse sin palabras, sostuvo el fino rostro de Jimin entre sus dedos - Mi hijo tiene buen gusto - Dijo mientras paseaba sus ojos analizando las facciones del Omega.

Jimin ladeó su cabeza bruscamente zafándose del tacto del Alfa - ¿A dónde mierdas me llevas? - Espetó completamente molesto clavando sus ojos azules en los negros del Alfa.

-A tu nuevo hogar gatito arisco.

Jimin esbozó una mueca de desagrado en su rostro, haber escuchado el apodo que le decía su Kookie por aquél monstruoso hombre no le gustó en lo más mínimo - No me digas así - Masculló entre dientes sintiendo el coraje adueñarse de su cuerpo.

El Alfa carcajeó viendo al precioso Omega fruncir el ceño, lo que tenia de hermoso lo tenía de altanero y eso lo hacía demasiado interesante - Tu nuevo dueño se va a divertir contigo.

9:00am

Su cabeza dolía pero no más que su corazón, Jungkook tenía sus ojos completamente clavados en el computador, sus dedos se movían con una velocidad alarmante mientras páginas de noticias y chismes pasaban de un lado a otro por las ventanas del navegador.

-¡MALDICIÓN! - Gritó frustrado.

-¡IDIOTA ME ASUSTASTE! - Replicó el Omega dándole un manotazo al Alfa.

-Esto es muy frustrante Jin Hyung todos saben que el imbécil tiene un harem pero no saben en dónde - Se quejó el peli negro sobando el puente de su nariz - Y ni siquiera sé, si Jimin está con él - Una lágrima de impotencia bajó por su mejilla.

-Lo se Kook, llevo semanas tratando de averiguar que es lo que sucede ¿Porqué mis tíos están implicados en tantas mierdas? Más bien ¿Porqué los están haciendo ver como los villanos? Nada tiene sentido Jungkook y ahora para rematar llega ese imbécil loco y secuestra a mis pequeños ¡VOY A MORIR DE ANGUSTIA! ¡ME VOY A VOLVER CALVO! Y ¡NO NO NO ME NIEGO A QUE MIS NIÑOS PASEN NECESIDADES! - Se puso de pie mientras hablaba tan rápido cómo su lengua le era posible mientras manoteaba y su rostro se tornaba rojo.

Jungkook lo miró de soslayo y aunque era un momento realmente serio y estresante no pudo evitar reírse, tanto fue la risa que le provocó el mayor que tuvo que bajar sus brazos hacia su abdomen tratando de recuperar el aire mientras su cuerpo se estremecía por las fuertes carcajadas.

GRAVEDAD (KOOKMIN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora