Deryck
Cuando Jo dice que odia los lunes siempre le digo que exagera, que no debía de tomarlo tan apecho. Jamás me había quejado de este día hasta ahora que siento que mi cuerpo no quiere hacer nada, que necesito más horas para dormir y solo quiero estar acostado en la cama.
—Creo que voy a necesitar otra taza de café —digo en cuando vamos en el ascensor rumbo a la universidad.
—Se nota. Hace tiempo que no te veía tan cansado, creo que desde que estábamos en preparatoria. —Escucho a Pete que me mira con atención.
—Tengo... Demasiado... Sueño... —digo entre bostezos.
Apenas vamos a salir del edificio los chicos y yo aunque todavía es un poco temprano. Bostezo en cuanto las puertas del ascensor se abren y camino a paso lento hacia la salida.
—Por todos los cielos, Deryck, ¿en serio que no dormiste bien? —pregunta Jo mientras me ve.
—Claro que dormí bien, solo que me faltaron otras cinco horas de sueño. No sé, me siento demasiado cansado.
—¿Seguro que puedes conducir? —pregunta Pete en cuanto me acerco a mi auto.
—Sí, claro, solo tengo que despabilarme.
Me di unas ligeras bofetadas que no ayudaron demasiado, pero debía ir a la universidad. Eso de faltar a clases no es lo mío.
—Toma una goma de mascar, te va a ayudar.
Escuché a Jo desde su lugar, él ya se encuentra listo arriba de la moto. Me lanzó un paquete con varias gomas y llevé una a mi boca. Por extraño que parezca sí me ayudó en todo el camino, me mantuve despierto hasta que llegamos a nuestro destino. Aunque también tiene sus desventajas, porque abrió mi apetito y ahora necesito algo para desayunar antes de entrar a clases.
Llegamos al lugar donde siempre nos reunimos antes de entrar a clases, por suerte no hay demasiada gente y las chicas ya se encuentran aquí. Nos acercamos al mostrador para hacer nuestros pedidos y hoy decidí pedir un café helado en lugar de mi clásico café negro.
—Eso es demasiado raro en ti —dice Jo cuando le dan su café—. Tengo la ligera sospecha de que algo está sucediendo.
—No sucede nada —digo entre risas—. Solo que hoy quiero hacer las cosas diferente.
—De acuerdo.
Nos acercamos a la mesa más grande y nos sentamos con las chicas. Noto que Elena ahora está bebiendo un té helado y no el café de todos los días.
—Veo que tú también optaste por algo diferente —menciono en cuanto dejo caer mi culo a un lado de ella y me hace más espacio en el asiento.
Es una de las mesas grandes y redondas que se encuentran a un costado de los ventanales. La mañana es perfecta, ni muy fría, pero tampoco no se siente demasiado caluroso. Todo está en su punto.
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Frenesí [Completa ✔]
Teen Fiction| Libro 3 de la saga Roces accidentales | . . . «Amar sin límites, experimentar lo fascinante con exagerada emoción, eso es frenesí.» Después de dejar atrás su terrible pasado, los exdelincuentes de Sebastopol tienen un nuevo reto en sus vidas: la u...