Elena
Estos días han sido algo difíciles en el departamento, tanto en lo personal como con mis compañeras de habitación. Estoy en un pequeño lio personal que no he podido confesarle a nadie, ni siquiera a mis mejores amigas, lo que hace que me sienta fatal y cada vez estoy peor. Además de lidiar con el dilema en el que se encuentra Mariza, todo debido a lo que sucedió el miércoles por la noche. No me quejo, somos sus amigas y debemos apoyarla, solo que en ocasiones suele ser un poco quisquillosa y no arregla las cosas como debe ser: hablando.
Solo han transcurrido dos tres de eso, es sábado por la tarde, y pareciera que sucedió hace semanas debido a que cada día se intensifica más el drama entre este par. Lo admito: me desespera más de lo que debería.
—¡Ah, ya no pienso complicarme más con esto!
Y quien más sale de sus casillas debido a esto es Jenni. No tiene mucha paciencia con esta situación, así que mejor decide dejarlo de lado y que nuestra amiga pelirroja se las arregle sola.
—¿Hablaste con él tan siquiera? —le cuestiona a Mariza y ella niega mientras cambia de programación en la televisión una y otra vez.
—No.
—¿Y cómo van a resolver esto? Tú y Jo en verdad lo necesitan —insiste Jenni.
—Ya no hay nada qué resolver. Ya está decidido.
Habla sin apartar la mirada de la tv, Jenni lleva ambas manos a su cara y aprieta con fastidio, está recostada en el otro sofá. Por mi parte me encuentro sentada en uno de los taburetes a un costado de la encimera mientras intento comer una naranja, sin olvidar que en mi cabeza dan vueltas una y otra vez los pensamientos que me consumen día con día.
—Ya no diré nada. Me rindo. —Se pone de pie de golpe y avanza hacia su habitación—. Me encerraré en mi cuarto hasta más tarde. Elena, ¿vas a salir?
—Ah, yo...
Estaba a punto de responder que no, pero recordé una cita que tengo más tarde.
—Sí, de hecho... voy a salir... con... Deryck.
Ella me ve a los ojos, los entrecierra un poco y después vuelve a la normalidad.
—De acuerdo. —Se encoge en hombros, va por una bolsa de papas fritas y una Coca-Cola para después irse a su habitación.
Miro a donde se encuentra Mariza, noto que se encuentra perdida en sus pensamientos, así que decido acercarme y hablar un poco con ella... lo cual espero lograr. Me siento justo a su lado, con lo restante de mi naranja, le ofrezco y ella niega sin verme.
—Oye, ¿cómo te sientes? —le pregunto.
Ella se encoge en hombros y deja un programa de televisión sobre infidelidades que son descubiertas por sus parejas y el conductor del programa. ¿Es en serio?
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Frenesí [Completa ✔]
Teen Fiction| Libro 3 de la saga Roces accidentales | . . . «Amar sin límites, experimentar lo fascinante con exagerada emoción, eso es frenesí.» Después de dejar atrás su terrible pasado, los exdelincuentes de Sebastopol tienen un nuevo reto en sus vidas: la u...