Capítulo 18

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Mariza 


«Tenemos un trato». Son las palabras que rondan en mi cabeza desde ayer por la tarde en la que hablé con Jo. Y no es que no quiera cumplir con eso en lo que hemos quedado, es lo que más deseo. Pero es complicado debido a mi situación y por lo que vendrá después si lo hago.

—¿Estás segura de que lo traerá? —cuestiona Jenni mientras esperamos a Elena—. Ya han pasado más de treinta minutos y nada.

—Sí. Ella dijo que iba a demorar un poco, pero que es cien por ciento seguro que lo traerá —respondí.

—Bien, pues eso espero. Creo que estoy más nerviosa que tú. ¿En qué tanto piensas?

—En mi charla de ayer con Johannes.

—Ah, ya.

Estamos en el departamento esperando a nuestra amiga, sentadas en el sofá tratando de ver un capítulo del reality de las Kardashian. Ha quedado con Vanya en la recepción porque está tratando de conseguir la grabación de la cámara de seguridad de la noche en que tuve mi «casi aventura» con Jo en el auto.

—Aún no puedo creer lo que hice —dije mientras deslizaba mi mano por mi frente y cerraba mis ojos.

—Pero la adrenalina que sentiste en ese momento fue en otro nivel, ¿verdad? —preguntó con una sonrisa pícara.

No respondí, solo me giré hacia el enorme ventanal con vista hacia la ciudad y sonreí un poco al recordar esa noche. No lo niego, en verdad que me gustó lo que hicimos en el auto, incluso puedo decir que todavía siento sus manos en mi trasero, apretándolo y deslizando sus manos desde mi espalda baja hasta llegar a uno de mis pechos.

Puedo sentir como me palpita, y no es el corazón.

Mi imaginación se vio interrumpida en cuanto escuchamos la puerta, las dos giramos al mismo tiempo y vimos entrar a Elena, detrás de ella Vanya con lo que parece ser la grabación de esa noche.

—Muy bien, ya puedes estar en paz, aquí lo tenemos —menciona Elena y Vanya alza su mano con un casete de grabación.

Supongo que está en sus minutos de descanso, aún lleva puesta la ropa que utiliza en su trabajo junto a su pequeña placa con su nombre, que por cierto ahora es Geraldine.

—Esto es genial. ¿Cómo fue que lo conseguiste? —le pregunté.

—Fue pan comido —expresa Vanya mientras toma una silla y toma asiento a un costado del sofá—. Resulta que el chico que se encarga del sistema de vigilancia quería una cita conmigo. Llevaba días insistiendo y me negaba.

—No me digas que lo estafaste —dice Jenni mientras las tres la vemos al mismo tiempo.

—Claro que no, acepté de buena manera porque no está nada mal, y aproveché la oportunidad de pedirle de favor que me diera la grabación de esa noche; lo hizo en un dos por tres y le di las gracias.

Frenesí [Completa ✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora