비 1: Sueño 비

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Bailar era lo único que mantenía a Felix vivo. Podía asegurar que si dejaba de bailar, su cuerpo se convertiría en solo un muñeco de trapo movido por unos hilos.

Esa era una manera muy triste de ver su vida, según las personas que lo rodeaban. Pero para él, bailar era sinónimo de vivir, y no se avergonzaba de ello.

Hacía tanto tiempo que bailaba, que no sabía con exactitud a qué edad comenzó.

Su madre tenía fotos suyas desde que nació, y siempre le explicó el gran amor que sentía hacia la música y el baile, por lo que desde bien pequeño, su madre decidió apuntarlo a una escuela de baile en Australia.

Dio muchos tipos de baile, desde hip-hop, hasta jazz, claque, e incluso street dance, pero siempre había estado en su corazón el ballet.

Sus abuelos lo habían criticado diciendo que eso era un baile de niñas, que un hombre debía bailar cosas más serias. Pero Felix amaba el ballet como nada en el mundo.

Sacrifico muchas cosas por el ballet, desde horas y años, hasta sus amistades, días festivos, estudios, muertes de familiares, y sentimientos.

Además del ballet, algo que lo había caracterizado desde que era un crío, era su manera de actuar femenina.

Eso no era algo intencionado, simplemente le gustaba mucho el amarillo, los pollitos, hacer dulces y vestirse bien.

Y con los años, eso evolucionó hasta que se dio cuenta de que no era alguien común. No le gustaban las chicas.

Nunca admitió eso en voz alta, y menos con sus padres. Tenías muchos problemas como para tener que estar preocupado en no recibir ataques homófobos.

Y con el tiempo, se fue refugiando en el baile.

Hasta ese momento.

- Felix, date prisa o llegarás tarde.- hablo por tercera vez su madre desde la habitación de al lado.

- ¡Dije que ya voy!- grito, tratando de cerrar el cierre de su maleta color amarillo limón.

Estaba muy emocionado ese día, porque iba a cumplir uno de sus mayores sueños, que era entrar en la compañía de danza de Corea del Sur.

No era precisamente porque aquella escuela fuera de las mejores, era posiblemente peor que en la que ya estaba. Pero en la escuela de danza de Corea, estaban a punto de hacer audiciones para entrar en una de las mejores escuelas de ballet del mundo, en Suiza.

Estaba eufórico por entrar en esa escuela. Los mejores bailarines de ballet había ido a esa escuela en Suiza, y él no iba a ser menos.

Además de poder pasar más tiempo con sus familiares coreanos por parte de padre. Uno de ellos era su primo y su tío, con los que se estaría quedando.

Cuando logró cerrar la maleta, la bajo por las escaleras tratando de que nada se rompiera.

Sus hermanas se despidieron de él en la entrada de casa, junto con su madre y abuela materna, y finalmente se subió al coche con su padre, rumbo al aeropuerto.

Estaba nervioso y no paraba de mover las piernas de forma frenética. En el momento de facturar la maleta y despedirse de su padre, fue consciente de que estaba por vivir su mayor sueño.

El viaje en avión duró cerca de doce horas. Únicamente durmió y escucho música, ya que no podía hacer gran cosa allí arriba.

Estaba seguro de que echaría de menos a su familia en Australia, pero ellos irían a visitarlo antes de irse a Suiza.

/////

Respiro de forma profunda el aire de la ciudad. Corea era un lugar muy ruidoso si se lo ponía a pensar.

Salió del aeropuerto algo perdido, buscando con la mirada un coche de color gris plata, hasta que lo encontró a un par de metros.

Un chico alto, de cabello morado y tez pálida, le devolvió la sonrisa y se acercó a él.

- Minho hyung.- saludo con alegría, dándole un abrazo al chico por los hombros.

El gesto fue correspondido.- Cuanto tiempo sin verte, Lix.

- Tu cabello es morado.- murmuró, tocando este con sorpresa.

- Estaba algo cansado del castaño.- se encogió de hombros.

Felix había visto a Minho tres veces contadas en su vida, pero desde la última vez que lo vio con doce años, habían mantenido el contacto por mensaje o llamadas.

Sabía algunas cosas sobre su primo, y poder pasar una temporada con él, lo tenía bastante alegre.

- ¿Dónde está mi sobrino favorito?- pregunto una voz adulta desde detrás.

Felix se giró con una sonrisa.- Tío Lee, soy tu único sobrino.- río, recibiendo una abrazo del gran hombre de cabello castaño y facciones parecidas a las de Minho.

- Lo sé, por eso mismo.- río el hombre.

Felix le dio un golpe amistoso, y luego le ayudaron con su equipaje. Se subió al coche en los asientos de atrás junto a Minho, y su tío condujo hacia su casa.
































Rainfall // HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora