Hyunjin se encontraba en la habitación de su departamento, totalmente solo y aburrido.
La tentación de llamar a Minho y que lo dejara ver a Felix era bastante grande. Él estaba allí, a unos pocos kilómetros de su casa, y él estaba ahí haciendo el vago. Tenía vacaciones, podía ir a verlo si quería.
Pero no estaba seguro de si su corazón podría soportarlo.
Finalmente, suspiro, levantándose de su cama con prisa. Se dirigió al armario y se puso lo primero que vio en este, para después agarrar cuatro cosas necesarias y salir de su casa, con su gorra negra de confianza.
Se subió al auto, marcando el número de Minho. Este respondió a los segundos.
- Créeme cuando digo que tu llamada no me sorprende.- respondió Minho nada más cogerlo.
- Cállate y solo dime dónde estás.- bufo molesto.
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En su segundo día estando allí, Minho lo llevó a un lugar que recordó con mucho amor, ya que había sido una de las pocas salidas de las que de verdad disfruto.
El parque Yeouido seguía estando igual de lindo a como lo recordaba. Era abril, y los árboles estaban repletos de flores rosadas, el aire era puro y había un ambiente familiar que hacía unos años no noto.
Pasearon en silencio, en una ocasión Minho lo dejó solo debido a una llamada telefónica, pero gracias a eso pudo acariciar un gatito que apareció de golpe. Noto a su primo detrás y se levantó del suelo, sonriendo.
- Siempre quise tener un gato.- murmuró con tristeza.
- Yo tengo tres.- sonrió con orgullo Minho.- Si quieres, algún día te los presento. Seguro que les das más amor que Jisung.
- ¿No le gustan los gatos?- pregunto con curiosidad, siguiendo con su caminata.
- No tanto como a mí.- explico.
Felix tenía una sensación extraña en su interior, como un revoloteo de mariposas. Estaba nervioso y alegre de estar de vuelta después de tantos años, pero se le hacía extraño.
Recordó todo lo que vivió en su juventud allí, todas las veces que bebieron para celebrar algo, las quejas de Jisung cada vez que recibir la llamada de una productora, las bromas constantes de Seungmin y Changbin, las muestras de afecto entre Chan y Jeongin.
También recordó aquellas miles de veces bajo la lluvia, todas ellas acompañadas de Hyunjin. La vez que corrieron por los pasillos del hospital, cuando se puso ebrio, cuando durmió en su cuarto y después entró su padre echó una fiera.
Quería volver a esos días. Si pudiera volver al día que se lesionó, lo volvería a hacer solo para volver a vivir todo lo que recuerda.
Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por una gota de agua en su frente. Y después otra y otra. Minho, a su lado, soltó una maldición y tapándose la cabeza con los brazos, echo a correr.
Estaba lloviendo, mejor dicho, diluviando. Felix no había mirado el pronóstico del tiempo esa mañana, pero algo dentro suyo se alegró al notar el agua mojar su ropa y caer en su rostro.
Un leve viento se levantó, mientras extendió una sonrisa en su rostro. Retomó su camino, viendo como la gente a su alrededor corría para escapar de la lluvia, o extendían sus paraguas.
Y cuando creyó que estaba en su mayor fantasía, algo le cubrió la cabeza, como aquel día. Seguía lloviendo, pero él no se estaba mojando. Por un momento tuvo un déjà vu, y se giró para encarar a la persona detrás suyo.
Todas las partes de su cuerpo se congelaron y su sangre dejó de correr por un segundo. Sus ojos se unieron con los oscuros contrarios. Y cuando Felix sintió que moriría, una sonrisa se extendió por los labios de aquel peli negro.
Era el de verdad. Estaba allí, con él. Y nuevamente un paraguas se posaba sobre sus cabezas. Por un momento, dudo que fuera un sueño.
- Hola, pollito.- saludó el mayor.
Su voz había cambiado, su cabello había crecido y sus rasgos eran más masculinos en persona que en fotografías, pero estaba igual. Seguía siendo el Hyunjin del que se enamoró hace siete años.
- Hyunjin...- murmuró sin creerlo.
- Si te mojas, cojeras un resfriado.- repitió la misma frase que le dio hacía ocho años.
Hyunjin lo agarró levemente del brazo y tiró de él, con el objetivo de llevarlos a algún lugar en donde se pudieran resguardar de la lluvia, pero Felix no tenía los mismos planes.
- Espera, espera..- lo detuvo, y volvió a juntar ambas miradas.- ¿Qué haces aquí?
- ¿No crees que eso debería preguntarlo yo?- le volvió la pregunta con cierta gracia, y Felix simplemente bufo.- Estoy aquí porque quería volver a verte.- admitió.
Felix trago duro, tratando de procesar la información.- Y-Yo..- murmuró, separándose de Hyunjin y haciendo que la lluvia volviera a caer sobre su cabeza.
No se sentía como había imaginado. En sus sueños, esa sería una escena de su vida que recordaría para siempre, felicidad, besos y abrazos, pero lo único que sentía en ese momento era vergüenza y un pánico horrible que lo carcomía por dentro.
Se dio media vuelta y camino en dirección contraria a Hyunjin. Debía salir de allí antes de que su corazón sufriera daños. Pero al caminar unos metros, sintió un brazo rodearle la muñeca y volver a refugiarlo dentro del paraguas, pero ya no valía de nada porque estaba empapado de pies a cabeza.
- Espera, ¿dónde vas?- detuvo su huida Hyunjin, tratando de verlo a los ojos.
- Lo siento.- soltó directamente, bajando su mirada. Sentía la mirada del contrario en su cuerpo y eso lo ponía aún más nervioso.
- ¿De qué te disculpas ahora?- pregunto con diversion Hyunjin.- No debes disculparte por nada, pollito.
- Pero yo..
- Pero nada.- le cortó, y se acercó más al rubio, posando su única mano libre en su mejilla, meciendo su rostro.- Te esperé por siete años, no dejaré que te vayas tan fácil.
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Rainfall // Hyunlix
FanfictionFelix es un bailarín de ballet que sueña con irse a Suiza, pero su sueño se hace añicos cuando sufre una lesión en el tobillo y le dicen que no podrá volver a tenerse en pie. Su primo Minho, con el que se queda mientras se recupera, lo obliga y conv...