Al día siguiente, cuando se dio entrada la tarde, Hyunjin se vistió con la ropa más corriente que encontró por su armario. Y vestido con una sudadera negra, pantalones anchos, gorra y mascarilla, se dirigió con felicidad hacia el teatro en el que actuaria Felix.
Iba a ir él solo, como persona corriente, y esperaba a que no fuera reconocido porque si no se armaría una buena con los fans y la agencia.
El otro día su manager lo llamó, y le dijo que tuviera más cuidado con sus amistades, porque podría poner a todos en un gran lío, y lo único que dijo fue que trataría de no salir tanto, pero era una gran mentira.
Había comprado uno de los asientos más alejados del escenario, lejos de la multitud y la cantidad de cámaras que habían allí. Se sentó en su asiento cuando se dio el momento, notando que el lugar estaba a rebosar de gente, por lo que subió un poco más su mascarilla.
Le dieron un panfleto en la entrada con algunas instrucciones de la obra, que estaba titulada como Giselle. Felix hacía de uno de los personajes protagonista, Albrecht. Leyó un poco el papel, hasta que las luces se empezaron a apagar y una música de violines comenzaba a sonar.
La obra empezó, y debía admitir que estaba bastante nervioso. Vería bailar a Felix por primera vez en vivo desde que lo había conocido. Y vaya si se emocionó al verlo salir al escenario luciendo esas mayas tan apretadas de color blanco.
Por lo que se veía, Felix era un noble enamorado de una campesina, Giselle, y se hacía pasar por aldeano para conquistarla, pero después había otro personaje, Hilarión, que descubría toda la verdad y se lo hacía saber a la chica, quien resulta morir al enterarse de que Albrecht estaba comprometido con otra persona.
La obra constaba de dos actos, muy deferentes el uno del otro, pero en ambos se podía apreciar la química que Felix tenía con la bailarina que protagonizaba a Giselle, una muchacha rubia de tez blanca y grandes expresiones.
Agradeció que la obra no fuera como Romeo y Julieta, ya que en esta los bailarines debían besarse, y Felix por suerte no lo hizo. No sabía por qué se puso tan nervioso ante esa posibilidad.
Hubo un par de veces en las que Felix bailó en solitario, y Hyunjin únicamente le pudo prestar atención a él, ignoró el entorno, la gente, la música. Únicamente tenía ojos para ver los movimientos delicados del rubio, sus expresiones, poses, saltos, todo en el era perfecto.
El final de la historia fue algo extraño, ya que no terminaba de entender si el personaje de Felix moría por el hecho de tener que casarse con alguien que no era su amada, pero poco le importó, porque de lo único que tenía ganas era de verlo y decirle lo bien que lo había hecho.
El lugar se empezó a vaciar después de los saludos finales, y Hyunjin se dirigió a tras bastidores, debido a que gracias a Felix y un poco de dinero, lo dejaban pasar.
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Felix fue elogiado tras telón por sus compañeros y también por algunas personas encargadas de los focos o de la escenografía. Algunos de sus compañeros lloraban por la decisión que había tomado, pero en su corazón sabía que estaba bien.
Pero a pesar de todo aquello, deseaba cambiarse y salir de allí para poder volver a ver a Hyunjin, quien lo había visto bailar desde algún lugar esa noche.
Pero cuando se dirigía al camerino para poder quitarse esa ropa molesta, fue detenido por una mujer no muy mayor pero de linda apariencia.
- ¿Disculpa, eres Felix, cierto?- pregunto ella, a lo que asintió.
- Uh, así es. ¿A qué se debe?- pregunto con curiosidad.
La mujer se apartó un poco, dejando ver a la persona que tenía tras ella. Felix tuvo que bajar un poco la mirada. En ese momento sintió que lloraría.
- Cuanto tiempo, bailarín.- saludó Lia, sentada en una silla de ruedas tal y como la recordaba.
Se acercó a ella y ambos compartieron un intento de abrazo. Se quedó en cuclillas frente a su silla para poder verla bien. Ella se veía más mayor y más linda.
- ¿Que haces aquí?- pregunto con felicidad.- No tenía ni idea.
- Te vi anunciado en el metro, y quise venir.- explico ella.- Estoy asombrada, pensé que ambos habíamos quedado en ser tullidos.- refunfuñó, a lo que el rió un poco.- Me alegro por ti, bailas muy lindo.- le dio un golpe amistoso en el hombro.
Él sonrió.- Me alegro de que te gustara, pero me temo que fue la última actuación que daré.- explico él, con una sonrisa algo triste.
Ella suspiró.- Pues que bueno que vine.
Ambos intercambiaron teléfonos para poder verse de ahora en adelante y ella abandonó el lugar unos minutos después. Se volvió a dirigir a su objetivo principal, que era cambiarse de ropa.
Pero se llevó una sorpresa cuando llegó al camerino y vio a Hyunjin apoyado en una de las mesas, con la vista clavada en el suelo, hasta que él abrió la puerta.
- ¿Qué haces aquí?- pregunto, cerrando la puerta lo más deprisa que pudo.- Podrían verte, idiota.
- ¿Y eso que importa ya?- pregunto el mayor con cierta gracia, acercándose a él.- Después de ocho años, al fin te vi bailar.- murmuró con una sonrisa.- Puede que mucha gente te lo haya dicho ya, pero, bailas realmente bien.
Felix no sabía cuántas veces había oído eso en su vida, pero viniendo de Hyunjin, era diferente. Era especial.
- Te vi con tu amiga.- continuó hablando el peli negro.- Escuché lo que dijiste.
Felix asintió un poco, con una sonrisa amable en sus labios.- Decidí retirarme.- soltó directamente.- Cada vez me contratan menos por mi edad, y estos últimos días me dolía bastante la pierna. Además..- empezó a explicar.- ...si continuó con el ballet como hasta ahora, debería de volver a Australia de nuevo, y eso es lo último que quiero.- expreso.
En los labios de Hyunjin apareció una gran sonrisa, y abrazó al rubio por la cintura, posando una de sus manos en su cintura y la otra en su cabello.
- ¿Y qué harás ahora?- pregunto con curiosidad.
- Normalmente, los bailarines después se convierten en profesores, por lo que yo no seré menos.- le explico, riendo un poco, a lo que Hyunjin correspondió.
- Solo espero que pueda verte bailar muchas veces más.- dijo Hyunjin.
Felix asintió.- Bailaré para ti si eso es lo que quieres.
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Rainfall // Hyunlix
FanfictionFelix es un bailarín de ballet que sueña con irse a Suiza, pero su sueño se hace añicos cuando sufre una lesión en el tobillo y le dicen que no podrá volver a tenerse en pie. Su primo Minho, con el que se queda mientras se recupera, lo obliga y conv...