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Frey Stein

Luces, no cualquieras, las luces de la ambulancia.

En lo único que pude pensar fue en ella, Emily. Salì de la ducha y me vestì con rapidez agarrando lo primero que tenia,

Baje con rapidez las escaleras y me encontré con Kaia.

-Frey- pronuncio lentamente en un susurro.

La ignore y Salí mas rápido que flash hasta la casa de mi vecina. Al llegar me encontré con ella sentada en los escalones de la entrada de su casa, sus mejillas llenas de lagrimas son tortura para mis ojos.

Me acerque a ella por atrás y me senté a su lado, sentí un peso ligero en mi hombro y efectivamente es ella, el peso de su cabeza cayó sobre mi hombro.

Sujete su mano e incline mi cabeza quedando sobre la suya.

Leight, Leight Fleming viene caminando hacia nosotros con prisa.

-Emily que ha- fue interrumpida por la pelinegra a mi lado.

-CIERRA LA PUTA BOCA Y VETE!.

-¿QUÉ TE SUCEDE LOCA?.

-AH- su respiración se acelero y tomo una bocanada de aire- ¿QUE YO SOY LA LOCA?. ¿QUE YO SOY LA LOCA?- pregunto nuevamente subiendo el tono de mi voz.

-SABES QUE -sonrió irónica -APRENDE A ORAR PRIMERO.

Esbozo una sonrisa de lado y mi brazo rodeo su cintura- Y vos...- pensó un poco- Sabes, mejor seguí follándote a Heist. Linda.

Dio media vuelta y camino hacia su casa.

-Frey- la joven capto mi atención con sus labios carnosos. Asentí lentamente a lo que ella prosiguió- No quiero estar en mi casa- tengo que admitir que eso me tomo de sorpresa.

-¿Por qué?.

-Extraño demasiado mi antigua casa- lo ultimo lo pronuncio en un susurro.

La tome de la mano a mi pelinegra de ojos diferentes y la tirè de la mano junto a mi hasta llegar a mi casa, mi taberna.

Al llegar subimos las escaleras y nos encerramos en la habitación, me recosté en la cama e hice un espacio para que ella también se recueste.

Mi estomago se revuelve

Ella dudo un poco hasta que hable con seriedad -No muerdo.

-Por las dudas vamos a prevenir.

Me tiene...

Miedo...

Comenzó a reír de una manera cínica- Tendrías que haber visto tu cara Frey- un pequeño impulso me hiso sostenerla de la cintura y traerla hacia mi.

Su cuerpo se calentó de golpe y ella se dio vuelta para esta ves rodearme ella con sus suaves y calentitos brazos cortos.

Luego de unos muy largos minutos ella se sentó sobre mis piernas y se quedó dormida como un koala. Es...

No tan desagradable

La calidez de su cuerpo con la del mio se contemplaron, logrando quemarnos entre si.

Juntos, solo los dos

Emily Lestrange

Un fuerte ruido me despertó en medio de la noche, la curiosidad mato al gato.

Si, el gato soy yo.

Me deslibrè del gigante y pesado brazo de Frey soltándolo de mi cintura, agarre la llave de la mesita de noche e abrí la puerta.

El oscuro corredizo me atemorizo de una manera muy grande. Por el temor baje con pasos silenciosos y rápidos los escalones.

Una puerta un tanto... peculiar de tez blanca estab rodeada de candados, cadenas y unas cuantas cerraduras cerca del picaporte. Los gritos de una mujer aturdieron mis oídos.

-Niña- al no responder volvió a llamarme- Niña, por favor ayúdame, sácame de este horrible lugar- mis manos temblaron, ¿Será que raptaron a una joven?.

-Me escuchas- pregunte yo tocando el picaporte.

-S-si

Bien

-¿Sabes quien tiene las llaves?- ella respondió con simpleza

-He oído que las guardan en el escritorio de la oficina del señor Stein.

-Carajo, son tres. ¿Sabes específicamente cual de los tres?.

-S-si es- una mano fría me pego contra la pared, mi espalda sonó al sentir el golpe.

El ojiazul me miro perplejo por unos minutos, esta enojado y mucho.

-Que haces aca?- pregunto con frialdad haciendo que mi piel se erice.

-F-frey- lo llame tratando de sacar su mano de mi cuello- Po-por favor, m-me lastimas- su agarre se soltó al instante, camino en círculos pensativo.

-¿QUÉ HACES ACÁ?- alzó su voz mirándome con rabia.

-Porque, porque Frey. ¿Qué hace esa chica encerrada ahí adentro?.

-No te metas Emily.

-NO, si me meto, es una pobre inocente. ¿Por qué le hacen eso a la pobre muchacha?.

-Es mejor que estés alejada de ella Emily, has caso una puta ves en tu maldita vida.

-¿Por qué seria lo mejor Frey?- tome un poco de aire dirigiendo mi mirada a sus ojos- Porque te importo tanto, eh.

-Emily cierra la boca.

-No, dime. ¿Por qué Frey?, porque si tanto me odias y queres alejarme de vos- toque su pecho queriendo separarlo de mi, es este momento no quiero saber nada de el, realmente no quiero.

-Emily, créeme que no me queres tocar los cojones.

-Vamos, habla ahora. YA- tomo mi cintura y me atrajo hasta el quedando cara a cara, nariz contra nariz. Nuestras respiraciones se mezclaron, sus labios se contemplaron con los mios en un largo beso, no era dulce o tierno, era rudo y apasionado. Con mi mano lo agarre del cuello atrayéndolo mas a mi, esta fue bajando lentamente por sus clavículas, su pecho hasta legar a su cinturón. Cuando llego a este punto tomo mi mano y la posò arriba de mi cabeza pegando con la pared.

En un pequeño saltito mis piernas rodearon su cintura mientras nos seguíamos besando con rudeza, me cargo recorriendo el corredizo de terror, sentí un pequeño destello de luz cuando abrió la puerta de su habitación, cerró con seguro la puerta y me recostó en su cama con el arriba mio sin dejar caer su peso sobre mi.

My strange addiction - Frey SteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora