XXVIII

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Otra desaparición en Willson.

Los Steins se han ido de viaje a Alemania. Kaia, al igual que Frey, me invitaron, pero si quiero después pasar el verano con ellos, debo aprobar todo y convengamos que la tengo entre la espada y la pared a contabilidad.

Ya me cansó el libro diario y ni hablemos del balance.

Mamá se ha tomado las vacaciones antes de tiempo porque sentía ella que me tenía abandonada y quería disfrutarse un poco más.

Esta tarde vamos a ir de compras.

Compras = Ropa

Mamá está terminando de limpiar la cocina.

-¿Quieres que cocine yo?- pregunte mientras me lavaba las manos en el lavamanos.

-¿Quieres?- preguntó esta vez ella sonriendo.

-No tengo problema- comencé a cocinar, recordé los famosisimos muffins de verduras que le cocinaba Fleur a Frey. El mismo decía que eran la especialidad de su madre.

Coloque la olla sobre la hornalla con un poco más de la mitad completa de agua, luego rebanar tiritas de verduras frescas. Primero las hervías y luego las  doré un poco en el sartén para agregar un huevo y poner el relleno en los moldes ya previamente con la masa.

En lo que terminaba de cocinar, mamá me pegó el gritillo.

-Emi, te están llamando- me extendió el teléfono y era Heist.

-¿Heist?- pregunte ignorando por completo la pantalla.

-Auch- miré esta vez la pantalla viendo a Frey tratando de usar bien el movil-¿Ya me cambiaste Lestrange?

-¿Stein?- pregunté riendo- Hmm, tal vez.

-Acanaste de tirarme alcohol en una lastimadura- hizo un ruidito de dolor.

-Sos un exagerado- rodé los ojos.

-Y vos una chica hiriente- hizo una mueca de tristeza.

-Ah no, sos un caradura- cambio la cara por completo.

-Ves- reí y volvi a hablar.

-Ni sabes lo que te extraño- moví un poco el teléfono para verme por la pantalla.

-Yo también abandonica.

Auch

-Es broma, no?-  dramatice el momento.

-Obvio Lestrange.

-Señorita Lestrange, por favor- no escuche nada y volví a mover la pantalla del teléfono para descartar la pérdida de internet.

-Yo prefiero mi novia, la señorita Stein- me sonroja más que un tomate, seguro.

-Debo admitir que si no estuviéramos juntos eso sonaría muy tierno.

-Emily.

-¿Qué?- pregunte indignada.

-SE ESTA QUEMANDO ALGO- dijo el peli negro.

Me paré para darme vuelta y sacar con un repasador la banderita con los muffins quemados.

Se escuchó su risa a través de la llamada.

-No te rias, fue tu culpa.

-No mientas, VOS te distraiste- dijo remarcando el vos.

-Pero fue por culpa tuya.

-No.

-Si.

-No.

-Si.

-No.

-Ahh, te odio.

- Mentira me amas.

-Me encantaría poder odiarte.

-A mi no me encantaría.

-Con más razón te odio.

Suspire y volví a ver los muffins negros como el corazón de Mayne.

-¿Qué cocinaste?- escuche su voz sacándole de mis pensamientos.

-Muffins de verduras.

-Que lastima que se vayan quemado.

-Si...

-Supongo que tendré que comprarme un teléfono exclusivamente para hablar contigo.

Es un tierno.

Mi señora madre se está muriendo de la risa.

-No me causa gracia mamá- dije poniendo cara larga.

-Lastima porque a mi si- dijo ella terminando de morir.

-Eso Alice-mi cuñadobaparecio en la llamada a lo que Frey se dedicó a mirar mal a el rubio.

-YA- todos se sorprendieron por mi grito- ESTOY TRATANDO DE HABLAR POR TELEFONO CON MI NOVIO MIENTRAS QUE USTEDES NOS INTERRUMPEN- me volteé a ver a mamá- TÚ- la señalé con el dedo- VE A TERMINAR TUS COSAS PORQUE DESPUES TENEMOS QUE SALIR- miré a Heist riendo a través de la pantallita- Y TÚ- el rubio volteó a verme- DEJA DE METERTE POR UNA VEZ EN TU VIDA Y- me interrumpió.

-Pero este es mi telefono- lo miré con seriedad.

- ME VISTE CARA DE QUE ME IMPORTE?- me miró con su risa burlona y le volvió a dar el teléfono pequeño Stein - Y VOS DEJÁ DE DESCANSARME PORQUE JURO QUE CUANDO VIRLVAS NO TE ABRIRÉ LA PUERTA. ¿TE QUEDÓ CLARO FREY STEIN?- el asintió cabizbajo. La vecina insoportable entró gritando.

-PUEDEN DEJAR DE GRI- la interrumpió con más amargura. Está con el camisón aún puesto.

-Y VOS DEJATE DE GRITAR PORQUE ME CANSASTE. Y POBRE DE VOS Y TU MARIDO QUE NO ME DEJEN DORMIR DE NUEVO- me acerque lentamente a ella- Y TENES SOLO CINCO SEGUNDOS PARA SALIR DE MI CASA SI QUERES QUE MARIDO CONCERVE SUS ATRIBUTOS PARA SEGUIR HACIENDOTE FELIZ- la mujer, al escuchar eso, salió disparando de mi casa-  CHAU- corté la llamada y  nos fuimos a comprar con mamá.

De camino pasamos a un Mac.

Entramos a una tienda de ropa, la semana que viene es el cumple de Frey, por lo tanto también es el de Kaia. Entramos y nos recibió una mujer elegante.

-Buenas tardes, jovencita.

-Buenas tardes- nos llevó al pasillo de vestidos y me enamoré por completo de uno.

Era corto al cuerpo repleto de brillitos negros.

Listo me lo compré, no podía no comprarlo.

Luego pasamos por una tienda de de lencería, para conseguir obviamente un sostén que no se note tanto.

-Mira este- mi madre me extendió un conjunto rojo que tiene las razas comunes y unos hilitos por arriba al igual que la bombacha.

-Esta lindo, pero no vinimos a buscar eso.

-Lo sé pero es lindo, ¿Te gusta?.

-Si, pero no hace falta llevarlo ahora.

-Está bien.

Salí del local para atender una llamada

-¿Quien eres?- pregunte.

-Ha pasado mucho tiempo verdad?

Las mano me temblaron y cayó el teléfono al piso.
La respiración se me aceleró por completo, entre a buscar a mamá y salimos rápido de la tienda para subirnos nala camioneta y ir hasta casa para encerrarnos.

Llame a Kaia y tardo un poco pero atendió.

-Ha vuelta Kai.

-¿Quien?

-Mattheo, Mattheo D'amico.





My strange addiction - Frey SteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora