~ SIENNA ~
La primera vez que vi esos ojos negros supe que ellos darían fin a mi reinado de invierno.
Siempre me ha gustado la nieve; cuando era pequeña pensaba que eran nubes que habían caído del cielo. Mama May decía que yo era un ángel que había caído con una de esas nubes, pero los ángeles necesitan de alas para volar y yo puedo hacerlo sin ellas.
Él tampoco es un ángel, pero podría serlo: me ha llevado al cielo y al infierno varias veces. Los humanos, quienes se inventaron la religión, piensan que el cielo y el infierno son lugares a los que se llega después de la muerte; en cambio, yo estoy convencida de que la vida está llena de cielos e infiernos, y llevar la cuenta de las veces que los visitamos se vuelve insostenible.
No siento la nieve bajo las plantas de mis pies; mi abrigo se convierte en mi sombra y los susurros del bosque en mis pensamientos. Estaba esperando por ellos mucho antes de que llegaran; saco mis garras de acero y me preparo para la lluvia de flechas que acaba de desatarse: una, dos...
La primera de las tres flechas que clavé en mi oreja lleva su nombre, aunque él logró atravesar más que mi piel.
Atravesar gargantas es mi deporte favorito; los charcos de sangre se mezclan sobre la nieve como acuarelas disueltas en agua, como las que él usa para pintar sus sueños...
Compartimos los mismos sueños, pero no la sangre. No soy su hermana.
Son más de los que pensaba y también son mucho más rápidos, pero nadie puede ir más rápido que yo. Atrás quedó el invierno y el bosque blanco y, uno por uno, los atrapasueños también comienzan a desaparecer.
Nunca lo he visto como un hermano.
Los dos restantes han sido inmovilizados por mis cadenas de plata. Me acerco despacio para saborear cada segundo de vida que les queda; cuando ya estoy encima de ellos, los miro directamente a los ojos para intentar leer sus últimas palabras.
Desearía poder verme a través de sus ojos. ¿Se parecerá mi reflejo al que yo guardo de él?
Cuando mis garras están listas para descender, otras dos figuras aparecen en la distancia... Dos figuras que reconozco: los soñadores que han invadido mi hogar, y, entonces, doy mi mejor zarpazo; no al par de asesinos que yacen junto a mis pies, sino a las cadenas que los retienen y, como un copo de nieve, desaparezco entre la arboleda.
Para que una nueva partida comience, primero hay que dar fin a la que ya estaba en juego.
«Jaque Mate».
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Ensueño
Fantasy«¿Tienen los sueños el poder de afectar nuestra realidad?», es lo que no ha dejado de preguntarse Keana desde que sus pesadillas han puesto su vida en riesgo. Rain, un chico al que solo conoce en sueños, parece tener las respuestas que a ella le hac...