~ JULIAN ~
Siento como su pecho se eleva y desciende bajo mi rostro. Cuento diez elevaciones y me levanto para observar ese par de brillantes ojos amarillos que no han dejado de acompañarme desde la primera vez que los vi. Había soñado con él incluso antes de que apareciera en mis sueños.
—Estás preocupado —digo.
—No lo estoy —dice.
—¿Qué te preocupa? —digo otra vez.
—No estoy preocupado, Julian, solo...
—Solo no puedes dejar de pensar en la metamorfosis o, más bien, en si lograré llegar hasta el final. Entiendo. —Me vuelvo a acostar sobre el césped, pero esta vez le ofrezco mi espalda.
—No, Julian, no es eso. —Su gruesa mano intenta buscar la mía mientras sus ojos de águila permanecen clavados en el cielo—. Sé que puedes hacerlo. Estoy seguro de que puedes. Eres fuerte... —Y antes de que logre contradecirlo, agrega—: no del tipo "puedo alzar muchas cosas al mismo tiempo", aunque ya has mejorado bastante en eso, sino fuerte de verdad. También eres inteligente; quedé fascinado con ese brillante cerebro desde el día que me invitaste a la final de tus Olimpiadas de Mate... ma...
—Ni me lo recuerdes. Solo tú llevas traje a unas Olimpiadas científicas. —Intento disimular la estúpida sonrisa que se apodera de mi rostro, pero al igual que todos mis esfuerzos con Zircon, este tampoco tiene remedio.
—¿Sabes cuántas veces había ido a una de esas antes? Empezando porque ni siquiera sabía que existían. Además, tuve que lavar baños mundanos durante una semana para poder pagar ese estúpido traje.
—No conocía esa parte de la historia. —Me giro sobre el pasto para mirar también hacia las estrellas. Ahora soy yo quien necesita buscar refugio entre sus dedos.
—Bueno, hay muchas cosas que no te cuento, como que te veías muy sexy con esa bata de científico loco, por ejemplo.
Mis mejillas no podrían estar más ruborizadas.
—Quedaste en que era inteligente... —Me apresuro a retomar la conversación.
—Ah, sí, eres inteligente y valiente; más inteligente que valiente y quizá ese es mi problema. —Espera a que diga algo, pero esta vez las palabras me traicionan, así que continúa—: Las decisiones que nos gustan no son siempre las más inteligentes, de hecho, están muy lejos de serlo y yo... bueno, tengo miedo de que te des cuenta de eso cuando ya sea demasiado tarde. Tengo miedo de que te des cuenta de que no soy la decisión más inteligente.
Busco sus ojos. Nuestros labios se unen en una fogata que nos protege del frío de la noche; primero, las llamas aparecen despacio, precavidas; después, se alzan sin ningún temor y no descansan hasta que no queda ni un solo rincón del lugar que no reciba su luz. Yo soy agua y él es fuego; casi puedo sentir como mi boca hierve cuando se roza con la suya. Pienso en la primera vez que nos besamos, en como había querido hacerlo desde que se apareció en mi habitación e intenté sacarlo con un bate de béisbol que ni siquiera sabía utilizar. Ahora puedo besarlo cada vez que quiero, al menos cuando estamos solo los dos. La Academia es un poco estricta con sus normas; considera que el amor, de cualquier tipo, es una distracción impermisible para aquellos diurnenses que se entrenan para servir a Ensueño en un futuro, y lo último que quiere Zir es perder su oportunidad de graduarse.
—Zircon —apago el fuego—. Zircon —repito, pero esta vez a centímetros de su boca—, puede que sea todas esas cosas que ya dijiste, pero te faltó mencionar la más importante: soy egoísta. Te elegí desde que me arrastraste a este lugar, te elijo ahora que estoy aquí y tan pronto consiga quedarme te seguiré eligiendo; no sé si es la decisión correcta o la más inteligente, pero es la que me hace feliz y con eso me basta.
Nos quedamos ahí tirados un buen rato. Sin decir nada. Con las manos cruzadasy un horizonte estrellado ante nosotros. Cuento diez respiraciones. Nos ponemos de pie y regresamoscon los demás antes de que noten nuestra ausencia; antes de que, después de todo undía de luna, salgan los primeros rayos de sol.
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Ensueño
Fantasia«¿Tienen los sueños el poder de afectar nuestra realidad?», es lo que no ha dejado de preguntarse Keana desde que sus pesadillas han puesto su vida en riesgo. Rain, un chico al que solo conoce en sueños, parece tener las respuestas que a ella le hac...