33. Recuerdos de barro

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—Su aurora no responde.

—Sienna también lo intentó —responde Mudo a mi guardián, y hasta ese momento en que la comadreja de la chica permanece inquieta entre sus brazos—. Froggie ya envió una señal de humo a la Orden y convocó a todo el campamento fuera de su tienda. Los atrapasueños solo han venido por Fiona.

El Rain de ahora se parece al que encontré hecho un ovillo hace un día en el bosque de las pesadillas, solo que esta vez la pesadilla es real.

No habría podido estar lista para su siguiente movimiento; sin tiempo de cubrir mis pies, intento seguirle el paso al chico que ha desaparecido con el viento.

—¡Rain!

Todo a mi alrededor parece una fotografía borrosa; los árboles comienzan a aparecer y apenas siento el suelo debajo de mis dedos.

"¡Rain!", intento gritar otra vez, pero su nombre se queda atorado en mi garganta cuando un aguijón me atraviesa la pierna. Una flecha. Intento ponerme de pie pero ninguna de mis extremidades responde.

Me cuesta pensar con claridad. Una figura oscura se arrodilla junto a mí. Un atrapasueños. Uno que no había visto antes. Examina la aurora de mi brazalete y, casi que al instante, descarga mi brazo sobre el barro, como si fuese una carta de póker que no le sirve.

Sus botas alejándose es la última imagen que retengo antes de que mis ojos se cierren.

EnsueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora