Nuevas oportunidades

Capitulo 38 - Bryce

Ya habían pasado tres meses desde que llegamos y las cosas se estaban empezando a hacer pesadas. A causa de la pandemia todo era muy lento y muchas cosas no las podíamos hacer por protocolo.

Estas últimas semanas estuve grabando las escenas en las que estaba yo sola por el bosque y la verdad es que grabar sin nadie a tu alrededor no se hace fácil...
Chris y yo llevábamos un montón de tiempo sin tener un rato a solas porque cuando yo estaba grabando el estaba en el hotel y viceversa. Solo nos veíamos a la hora de cenar y muy puntualmente en el desayuno, pero no era lo mismo.

Yo estaba en el camerino preparándome para grabar, una chica del staff paso para dejarme la ropa que me tenía que poner y luego vinieron las de maquillaje y me hicieron los últimos retoques. Yo mientras tanto iba chateando con Chris, todas ls mañanas que me tocaba rodar sola el me enviaba audios explicándome como le iba el día y que hacía para entretenerme.

Bryce! A que te dedicas ahora...?

Pues ahora mismo me están maquillando y... supongo que en unos minutos empezaremos a grabar

Te aburres?

Muchísimo, escribí con una carita triste

Bueno pero hoy ya es el último día, disfrútalo!!

No creo que lo disfrute mucho pero bueno... que haces tú?

M... ahora estaba leyendo un poco pero ya me está empezando a doler la cabeza, por cierto a que hora acabas hoy?

A las 16h estoy en el hotel

BIEEN! Si quieres esta noche podemos subir al la sala cine para ver algo y celebrar con los demás...

Estaré agotada pero podemos mirar de hacer algo..

Vale! Que vaya muy bien
Llámame en cuanto acabes
Te quiero
🤍

Deje el móvil en la mesita y me fui a la primera planta para ver si podía comer algo, ahí me encontré con Dewanda, con Laura, con... con todo el mundo menos con Bryce, ella era la única que tenía que estar fuera trabajando. Me sentía súper mal por ella y esperaba con ansias que llegasen las cuatro para verla y por fin tener un rato.

Estuvimos comiendo todos juntos, reímos, gritamos, bromeamos.. hicimos de todo, y cuando llegó la hora de la siesta nos subimos todos a la habitación y descansamos para esta noche estar a tope y hacer algo como solíamos hacer.

Yo estaba en mi habitación medio dormido cuando de repente oí que Bryce llegaba a su habitación, no me levante ni hice nada porque supe que en cuanto se instalase y se duchase vendría enseguida a mi habitación, pero lamentablemente no fue así.
Pasada una hora desde que llegó no tuve noticias ni supe nada de ella así que siendo el buen amigo que soy, salí y fui a su habitación para ver si todo iba bien.

Me la encontré tumbada en la cama otra vez, se me helaba la sangre solo de pensar que volvía a estar mal y que otra vez tenía problemas con Seth.
- Bryce Que ocurre, estas bien..? - Bf, me encuentro fatal... estoy agotada, me ha venido la regla, Seth me ha llamado tres veces suplicándome volver y... estoy con migraña. - Hay algo que pueda hacer para que te sientas mejor? Le pregunte preocupado. - Necesito una siesta de aquellas en las que me das mimos...

Chris se abrió de brazos para que me pudiese tumbar encima suyo y me empezó a acariciar el pelo, con la cabeza en su pecho y sus brazos meciéndome pude dormir durante tres horas seguidas sin despertarme ni un momento. Dormía plácidamente, como un bebé y le babeé media camiseta a Chris, pero el estaba tan feliz teniéndome entre sus brazos que no le dio ni la mínima importancia. Y cuando me desperté vi que el estaba dormido, por dios, podíamos parar de hacer las cosas a destiempo y sincronizarnos de una vez? Necesitaba darle besitos y que el me los diese a mi, necesitaba tener una conversación de más de cinco minutos, una noche entera de mimos, piropos, caricias, risas... tenia que de hacer todo con el y no podía esperar, así que le desperté haciéndole cosquillas en la nariz.

- Chris! Me voy a dar una ducha , vienes?

En ese momento se le iluminó la cara y asintió sin pensárselo dos veces. Entramos los dos al baño y nos empezamos a quitar la ropa mutuamente para ir más rápidos. Mientras el agua se calentaba Chris me sentó encima de la pica y nos empezamos a besar como si no hubiese un mañana hasta que entrábamos en el agua.

Apague el grifo y me enjabone las manos hasta hacer espuma para deslizarlas por su cuerpo. Primero la nariz, luego ek cuello... los pechos la cintura, luego la cadera y para terminar le puse las manos en los glúteos y la acerque hacia mi. Bryce se dio la vuelta y cogió el pote de jabón para hacer exactamente lo mismo y al final acabar los dos con nuestro rastro de espuma por nuestros cuerpos.

Bryce encendió la ducha otra vez y me abrazo para aclararnos todo el jabón y pasar a la siguiente fase. Abrimos el pote de aceite corporal y Bryce me lleno el cuerpo con el, deteniéndose en los puntos más Interesantes, los labios, el abdomen y más tarde mi lugar secreto.
Lo rodeó con su mano derecha y empezó a jugar con el hasta que no pude callarme el orgasmo que se me atascaba en la garganta.

Pocos segundos después Chris me cogió por la cintura, me puso cara la pared y suavemente empezamos a jugar con nuestros cuerpos.
El agua salía caliente, muy caliente de hecho, pero ni más que nosotros dos y menos, que nuestros cuerpos. Chris y yo nos conocíamos a la perfección y en según que ocasiones, como esta por ejemplo, jugaba a nuestro favor.

Salimos de la ducha y nos pusimos los albornoces que teníamos en la puerta colgando, yo me quedé apoyada en la pared dándole la espalda al espejo en el que Chris se estaba mirando, y con delicadeza empecé a peinarme. - Eres un presumido, le dije con amor. En ese momento vino hacia mi y me quito el cepillo de las manos para peinarme - Te he echado de menos estos días... me dijo mirando nuestro reflejo en el espejo - Me alegro de volver a estar aquí contigo, añadió besándome la mejilla - Te quiero, añadí - Han sido muy duros estos días? - Pues un poco la verdad - Bueno pero ya ha acabado... ahora a descansar y a disfrutar de estos días por el hotel que te lo mereces.
Baje la mirada y me apoye en el para sentirle más cerca, estábamos empezando a enamorarnos ciegamente y por eso estábamos tan empalagosos... parecíamos unos adolescentes y eso me encantaba.