Drake
—Samuel es demasiado impulsivo —le dije a mi abuelo, cediendo a su petición de compartir lo que pensaba—. No creo que sea prudente que participe en alguna misión, o reunión representando a los Arcturus.
—Es joven. La madurez lo convertirá en un mejor líder.
—Yo también lo soy. Tenemos casi la misma edad —señalé.
Mi abuelo sonrió y rodeó mis hombros con su brazo—. Tú eres mi nieto. Él es el hijo varón que tardó en concebirse.
Forcé una sonrisa para no desentonar.
Sus circunstancias no eran excusas para su actitud. Tenía un rol que asumir y expectativas que cumplir; como yo. Ignorarlo era demasiado sencillo. Yo también deseaba poder vivir sin ese peso en mis hombros, pero era la realidad que me tocaba enfrentar y no podía otorgársela a nadie más.
—Tú ascenderás primero que él. A Manuel le quedan varias décadas por vivir —agregó mi abuelo luego de un par de minutos. Ya casi llegábamos al hogar de los Arcturus.
—A ti igual —repliqué de inmediato.
—No, muchacho, ese no es el plan de la diosa.
Yo todavía tenía mucho que aprender de él y no podía imaginar cómo sería todo cuando faltara. Estaba lejos de estar listo para asumir lo que sería su ausencia. Y sin importar cuántos años transcurrieran, sabía que jamás alcanzaría su grandeza. La muerte de Arthur era uno de mis mayores miedos.
Ahí terminó la conversación; en ese silencio de mí vislumbrando un inevitable futuro por el hecho de no ser eternos, y de él reservándose lo que había detrás de su seguridad.
Luego de ser recibidos por Manuel Harcos y su manada, y de ser instalados en la cabaña de invitados que ocuparíamos por los próximos dos días, mi abuelo y yo nos unimos al festejo de esa noche de los Arcturus. Era el cumpleaños de Astrid, una de las hermanas menores de Samuel.
Sin embargo, lo más importante de nuestra visita era coordinar maniobras para investigar ataques recientes en poblaciones cercanas. A pesar de que se tocaría el tema el día siguiente, era lo que abarcaba mi mente. No me agradaban mucho las fiestas, mucho menos sin Corinne. Socializar era necesario para fortalecer lazos, pero ese era el fuerte de ella. Y no estaba para sujetar mi mano, soltar frases elocuentes e iluminar cualquier estancia con su presencia. Corinne había ido a quedarse una temporada con sus padres y no regresaría hasta dentro de un mes.
—¿Huyes del canto de Emily? Qué descortés de tu parte, Drake.
Tuve que salir del comedor de los Arcturus para agarrar un poco de aire. Me había sentido asfixiado en ese espacio reducido, con tantas charlas distintas y choque de copas. Sumarle el canto de esa chica, quien no era de los Arcturus por nacimiento, y cuyo acto parecía más bien un intento de humillarla, porque estaba más que claro que no se sentía cómoda con la atención que estaba recibiendo, había sido demasiado.
ESTÁS LEYENDO
La Redentora | Trilogía Inmortal III [COMPLETA]
WerewolfLa traición de Vanessa destruyó la última esperanza de salvación para Drake. Ya no tendrá freno para su sed de poder y el brujo que lo acompaña se esforzará por poner el mundo a sus pies. Alejados del mundo, armarán su plan para obtener lo faltante...