Me desperté con el residuo de la sensación de estar cayendo. La brillante luz artificial me desconcertó, pero no tardó en regresar el recuerdo de haber sido atrapada y del sonido de su voz.
Me senté y pretendí sacar mis piernas por el borde de la cama, sin embargo, me detuvo el percatarme de no estar sola. Drake me observaba desde el extremo opuesto de la celda.
A pesar de encontrarse en su aspecto humano sentado en el suelo, había algo en él que generaba automáticamente rechazo en mi organismo, incluso a esa distancia, y más de lo que producía un vampiro o Maldito de Aithan. Era Drake, pero había algo más a su alrededor y en su expresión; ya visible estando en su cáscara humana. No lo había vuelto a tener de frente desde que me mató.
—¿Dónde está Ethan? —pregunté lo que más me importaba.
—¿No es mejor que preguntes por qué no estás muerta? —replicó.
Estábamos en una celda de los Cephei; idéntica a donde estuvo Alan hacía mucho. La puerta estaba abierta junto Drake, pero sabía que intentar escapar no era una opción en ese momento.
—¿Te refieres a muerta de nuevo? —inquirí—. A estas alturas tus explicaciones no me interesan.
Sonrió con cinismo. Se levantó y avanzó hacia mí.
Tuve el impulso de retroceder, sin embargo, atravesé ese miedo y coloqué ambos pies sobre el suelo. Sujetándome del borde de la cama para controlar cualquier estremecimiento involuntario, me senté erguida para encararlo.
—No pude hacerlo, así que te tendré aquí como prisionera hasta que lo solucione —dijo de todas formas. Se agachó para quedar a mi altura y colocar su pulgar bajo mi mentón—. De aquí no saldrás con vida, Vanessa.
Apreté el colchón, mas no aparté la mirada. De nuevo, se afianzó el hecho de que ese no era el mismo Drake que me mordió y enamoró. Ese Drake ya había sido cubierto por completo por una impenetrable capa de oscuridad. El no haberme supuestamente podido matar solo era un espasmo agonizante de lo que fue.
—Cuando lo hagas, ¿todo lo que haces seguirá teniendo sentido? Admite que desde el principio se trató de tu propia ambición y egoísmo, y no de crear un mundo mejor para nosotros.
Mis palabras lo hicieron soltarme y retroceder. Toqué un punto sensible; lo vi por un segundo en su expresión—. En un rato traeré a Ethan para que te despidas. Pronto será el ritual.
Ni una pizca de emoción, ni remordimiento hubo esa vez en su expresión o voz. No le importaba que implicara que pronto sacrificaría a nuestro hijo para pagar el precio de la inmortalidad.
La indignación encendió la rabia que me empujó fuera de la cama hacia él. Drake salió de la celda y cerró la puerta antes de que yo pudiera llegar. De todas formas, le di un par de golpes a la puerta, deseando que se tratara de él.
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La Redentora | Trilogía Inmortal III [COMPLETA]
Manusia SerigalaLa traición de Vanessa destruyó la última esperanza de salvación para Drake. Ya no tendrá freno para su sed de poder y el brujo que lo acompaña se esforzará por poner el mundo a sus pies. Alejados del mundo, armarán su plan para obtener lo faltante...