Antes | Mentor

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Drake

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Drake

Me detuve en la entrada del gimnasio techado. Fue una sorpresa que estuviera desarrollándose una clase de pelea, pero más aún que Vanessa estuviera presente. Su aroma llenó mi sistema respiratorio y casi al instante mi vista fue atraída hacia ella; como si fuera un imán para atraerme. Yo conocía su horario de clases y no debía estar allí.

Pese a la impresión, supe recobrar la compostura y fingir que no me había perturbado. Avancé en línea recta hacia las gradas, sin volver a posar la atención en las colchonetas ubicadas en el centro de la habitación y rodeadas por estudiantes. Sentado en la hilera casi más alta de las gradas, me esperaba Jerónimo, el coordinador de los entrenamientos para impuros.

—Espero no te moleste que hablemos aquí —dijo.

Era de los mejores amigos de mi abuelo y su edad era cercana. Lo escuchaba a la hora de tomar decisiones. También había participado en mi entrenamiento. Era como un tío para mí.

—Para nada. Siempre es nutritivo ver a los jóvenes prepararse para el futuro.

De hecho, todos en esa clase eran menores que Vanessa en cuanto a edad. Sin embargo, sabía que por su bajo rendimiento se encontraba allí.

Ser consciente de su presencia requirió bastante fuerza de voluntad para evitar mirarla. Temía que el hacerlo derrumbaría mis barreras internas y se reflejaran las indescriptibles sensaciones dentro de mí. Anhelaba tenerla cerca. Tocarla. Olerla. Quizá incluso volver a probar su sangre...

—...entenderé si decides negarte —terminó Jerónimo de exponer el motivo por el que me citó, no obstante, me había perdido en mis pensamientos oscuros desde antes que empezar a hablar.

Tal vez la supuesta conexión con el brujo tenía efectos negativos en mí e influencia en lo que me sucedía con Vanessa. Quizá buscaría hacerme enloquecer hasta que cediera a su petición. Porque no podía por mi cuenta haber imaginado volver a morder a Vanessa y saborear su sangre.

—Perdón, ¿puedes repetirlo?

Jerónimo se extrañó por mi falta de enfoque. La realidad era que desde la llegada de Vanessa, mi ser se encontraba desequilibrado y cada vez se notaba más.

—Claro. Sé que fue una semana difícil —contestó tratando de justificarlo—. Quiero que seas mentor de Vanessa Schuster. Necesita un empuje extra para poder avanzar. Llevo un tiempo pensándolo y también lo conversé con Arthur. Eres el futuro alfa, así que apoyar a una impura en su formación será positivo para tu imagen.

Él sabía que yo la había convertido. ¿Cómo podía estarme pidiendo algo así? Frecuentarla, tener cercanía, guiarla. ¿Qué derecho tenía de hacerlo si yo le arrebaté la normalidad humana? ¿Si sentía esa inquietud en cada aspecto relacionado con ella?

Miré hacia las colchonetas.

Vanessa estaba en una de ellas enfrentando a otra chica. Vanessa era más alta, pero su contrincante poseía mejor postura y técnica. Vanessa no atacaba, sino que rehuía a los ataques. Hasta que, como si hubiera sentido mis ojos sobre ella, alzó la vista hacia mí. Se quedó inmóvil el tiempo suficiente para que la otra estudiante doblara en un ángulo doloroso su brazo contra la espalda y la derribara. Vanessa cayó bocabajo con dureza y su contrincante se subió en ella para aplastarla con su peso y presionar más su rostro contra el suelo.

—Sé que puede ser incómodo para ti —continuó Jerónimo al no responderle de inmediato—. Pero tal vez también te ayude a soltar la culpa.

Podía oírlo, pero sus palabras resonaban de forma lejana. Me abrumó el ver a Vanessa derrotada y sus escasas oportunidades de superarse como impura. Pertenecer a la manada tenía sus exigencias y peligros. ¿Qué sería de ella si no podía defenderse, ni atacar a su enemigo?

Además, ¿y si Nadia tenía razón? ¿Y si lo que necesitaba para detener mi fascinación hacia Vanessa era acercarme y comprobar su simpleza? 

La Redentora | Trilogía Inmortal III [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora