Capítulo 18 | Acciones que atormentan

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Revisé mi aspecto en el espejo que Corinne me prestó

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Revisé mi aspecto en el espejo que Corinne me prestó. Era más pequeño que la palma de mi mano, pero era suficiente para comprobar que todo encajaba. Iría a la posada de la población, donde según Anthony se hospedaban unos forasteros, y era importante no llamar demasiado la atención para poder investigar. Mientras más rápido ubicara a mi objetivo, más rápido recuperaría la brújula de Darien.

—Darien se hace el temerario, pero no le gusta ensuciarse las manos —comentó Corinne desde su hamaca. Había permanecido en silencio, con el ventilador portátil cerca de su rostro, hasta ese momento.

—Hace tratos con traficantes, no creo que le convenga que se esparza el rumor de ir en contra de clientes potenciales. Por algo esos humanos tienen esa brújula y vinieron a esta selva —respondí—. Si el resultado es indeseado, simplemente le echará la culpa a la mujer lobo del norte, examante del traidor y asesino de los Cephei. La desquiciada.

—¿Crees que sea por el árbol? —preguntó la rubia, como si esa interrogante ya llevara rato rondando por su mente.

—No lo sé. Es posible —suspiré. Todavía no estaba segura de si sería capaz de esperar a que Alan hallara ese árbol místico antes de regresar a nuestra región—. De todas formas, debo investigar. Un paso a la vez.

Alan ingresó a nuestra cabaña.

Luego de nuestro momento de desconexión en el río, volvimos a la tribu: él para continuar con sus pendientes, y yo para pensar en mi estrategia. Aunque hubiera preferido otra alternativa, tuve que incluir a Alan en mi misión. La barrera del idioma era un detalle que no podía ignorar, ni el hecho de que sus capacidades y conocimiento de la zona serían de utilidad. Además, confiaba en él.

Tenía un bolso; ideal para guardar nuestra vestimenta. El primer tramo por la selva sería en forma lobuna, y el resto con la camioneta de Anthony.

—Ya está todo listo —indicó.

—¿Por qué no intercambian sangre para una unión de almas, como hicieron al infiltrarse en el Clan del Norte? —intervino Corinne apagando su ventilador—. Creo que sería más seguro que pudieran comunicarse así. Todavía no sabemos a qué se van a enfrentar. No cualquier tipo de humano sería un inconveniente para Darien.

—No —dije en seguida—. Esto no está ni cerca de tener la misma magnitud. Tampoco es algo que debería tomarse a la ligera.

Y, por encima de todo, no quería revelarle a Alan, en formato de primera persona, lo que fue mi estadía con Drake. El dilema de moral cuestionable que se armó en mi cabeza. Lo mucho que disfruté de la sangre. Haber sucumbido al toque de Drake. Suficiente era con las partes oscuras que ya conocía de mí.

—Solo no vayas a morir, Vanessa. No todavía —añadió Corinne.

Me sorprendió que expresara de esa manera su preocupación por mí. Incluso parecía que estaba exagerando un poco. Esa noche solo iría a ver y a escuchar para después regresar con la tribu. Era un juego de niños si lo comparaba con lo que ocupaba la mayoría de mi currículum. Pero todo era nuevo para ella.

La Redentora | Trilogía Inmortal III [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora