Epílogo

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Vanessa subió la colina tomada de la mano de Alan

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Vanessa subió la colina tomada de la mano de Alan. Ethan caminaba unos pasos por delante de ellos. Henry se había quedado bajo el cuidado de Corinne.

En la cima de la colina, bajo la sombra de un árbol centenario, habían dos lápidas sobresaliendo del suelo. Una con el nombre de Drake Aldrich y otra con el de Angela Aldrich, el verdadero nombre de Amanda, quien después se supo había sido la esposa de Daniel Aldrich. El primero un traidor, y la segunda carente de alfa al morir. Ninguno apto para la cremación acostumbrada para los Hijos de Diana.

Ya habían transcurrido dos años desde la muerte de Drake y un tiempo similar desde la de Amanda. El césped había vuelto a crecer.

—Ven por las flores, Ethan —le dijo Vanessa a su hijo.

El niño, ya casi llegando a la tumba de su padre, se regresó para tomar el ramo de rosas silvestres.

—Gracias, mamá.

Vanessa lo vio correr de nuevo por el camino ya transitado. Era la primera vez que lo llevaban allí. Vanessa dudó, pero terminó concordando con Alan sobre hablarle a Ethan de sus orígenes; adaptado a su edad. Sus semanas como prisionero de Drake no le habían dejado recuerdos como para temerle, o guardarle rencor. No recordaba el ritual.

—Ya tiene tiempo sin llamarte por tu nombre —comentó Alan apretando su mano.

Vanessa sonrió. Eso era cierto. Ya se había acostumbrado al título.

Avanzaron por el tramo faltante y se unieron a Ethan frente a las tumbas. El niño se había encargado de dividir las flores entre ambas.

—¿Debería decir algo? —preguntó luego de unos instantes.

—Lo que quieras, estará bien —respondió Alan colocando la mano libre sobre el hombro de Ethan—. El silencio también es válido.

El niño asintió, optando por permanecer callado.

Sin embargo, a unos cuantos metros, los tres visitantes eran observados por seres invisibles para ellos. Uno de ellos era Drake. Tan solo ver la presencia de su hijo allí, fue suficiente para opacar los castigos sufridos para la expiación de sus pecados. Ya estaba listo para irse.

—¿Son felices? —preguntó Drake.

—Sí —contestó la diosa de pie a su lado—. No te odia.

—¿Son reales?

—Lo son —replicó su creadora—. Ya cumpliste y esta es tu despedida.

Drake decidió confiar en su palabra. Dio un paso hacia ellos. Si era la última vez que los vería, quiso hacerlo un poco más de cerca. No obstante, a medida que fue avanzando, fue desapareciendo del plano. Hasta que, solo quedó la diosa contemplando el espacio vacío que dejó atrás.

—Luces afligida, hermana —dijo una voz detrás de ella.

—Fallé. —Giró para encarar al ser celestial con el que compartía esencia—. Disfruta de esta victoria. Ya veremos qué sucede en unos siglos cuando se vuelvan a unir.

FIN 

Gracias por acompañarme en esta trilogía tan especial para mí :3 

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Gracias por acompañarme en esta trilogía tan especial para mí :3 

Pronto estaré avisando de los futuros proyectos. 

La Redentora | Trilogía Inmortal III [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora