Antes | Confesión

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Drake

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Drake

Después de que todos se fueron del templo, permanecí en esa banca de la última fila. Las velas continuaban ardiendo y los cuerpos cubiertos por una delgada tela continuaban allí. El protagonismo de esos diez cadáveres de Hijos de Diana eran un duro recordatorio de que solo éramos piezas manipulables por los cazadores. No les importábamos y solos nos veían como herramientas desechables que enviaban para hacer el trabajo peligroso.

Y luego solo nosotros nos encargábamos de llorar y lamentar a nuestros muertos. Ni una flor, ni una carta, ni siquiera una pizca de remordimiento por haberse equivocado con la información proporcionada.

—Sigues aquí. —Corinne salió de la habitación de la sacerdotisa. Había cambiado su túnica ceremonial para despedir a los caídos por otra más sencilla—. Deberías ir a descansar.

Terminó de secar sus manos para dejar el pañuelo en la primera banca y acercarse a mí. Lucía exhausta. No había estado en la misión, pero sí tuvo que encargarse de lidiar con la preparación de los asesinados. Y todavía le quedaban unas horas más de labor.

A Nadia todavía le faltaba un largo camino por recorrer para poder estar lista para eso. No pudo quedarse ayudando a Corinne.

—Tú igual —dije—. Y aquí sigues.

Corinne sonrió sin ganas y se sentó junto a mí. Ya habíamos estado en esas circunstancias antes, cuando sí era mi papel sostenerla.

—Cada quien cumple con su función dentro de los planes de la diosa. Eso lo sé, pero no es fácil acostumbrarse a esta parte del trabajo.

—No debería suceder tan seguido como para acostumbrarse a ello —repliqué sin apartar la vista de los muertos, entre los que estaban los padres de Bryan—. Josh debió escucharme y no aceptar la petición de los cazadores.

—Josh está apresurado por destacar y ganarse la aprobación de Arthur. Él no eres tú, y es difícil llenar tus zapatos.

—Sé que puede ser demasiado para él. —Hice una breve pausa, dudando en exteriorizar mi próxima pregunta—. ¿Crees que hubiera sido diferente si yo siguiera en la línea de sucesión?

Corinne no respondió de inmediato. Se removió en su puesto y se tomó su tiempo para meditarlo. Luego, suspiró y me fue inevitable no girar a mirarla.

—Muchas cosas serían diferentes. Los Descendientes de Imm están siendo más atrevidos que antes y no sé qué tanto sea Josh capaz de soportar. —También posó su atención en mí—. No ha salido de su habitación desde que supo de las muertes. Él debería estar aquí en este momento, pero no ha podido encarar el resultado de su decisión.

Esa era una de las partes más difíciles de la posición. Así como se cargaba con el poder y las victorias, también se hacía lo mismo con los muertos. Josh fue quien vio los cadáveres de nuestros padres y su relación con la muerte no era sencilla. Siempre había rehuido de responsabilidades y optado por un camino más relajado y ajeno a temas serios; a las consecuencias de equivocarse y sus repercusiones mortales. Él había podido darse ese lujo hasta que yo decidí cederle mi puesto.

—Estoy considerando retractarme de mi decisión y recuperar mi puesto en la línea de sucesión —confesé—. De ser todavía posible.

El cansancio en las facciones de Corinne fue sacudido un poco por la sorpresa que generaban mis palabras. Incluso a mí todavía me costaba asimilarlo, sin embargo, mientras más le daba vueltas al asunto, más me convencía de que ese era el paso que debía dar. Por mí, por los Cephei, por el futuro que quería.

—¿Y Vanessa? —cuestionó.

Vanessa, a quien amaba. A quien le había prometido cosas que quizá no iba a poder materializar pronto. A quien quería proteger y por quien debía recuperar el poder que había perdido. Solo mi amor no era suficiente para que perduráramos.

—Todavía no lo sé —admití.

Corinne colocó su mano sobre la mía. No me aparté.

—Como te dije antes, siempre estaré aquí para apoyarte. Para lo que sea que necesites de mí.

Y sabía que era cierto. No importaba el desenlace que había tenido nuestra relación, eso no borraba nuestros años como equipo. El poder desahogarme con ella aún era prueba de ello. Se había hecho fuerte y convertido en la sacerdotisa que estaba destinada ser. En el complemento perfecto para el futuro alfa de los Cephei.

Corinne se inclinó hacia mí y tampoco me moví. Juntósus labios con los míos y esa sensación igual de familiar me mantuvo allí;abierto a la ventana de posibilidades. 

La Redentora | Trilogía Inmortal III [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora