Capítulo 1

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3 años antes

Benagéber, Valencia

Un suspiro al aire bastó para cerciorarse del cansancio que sentía. Acarició su nuca en un intento de soltar la presión retenida y volvió a suspirar. El dolor la estaba torturando demasiado, cerró los ojos tragando saliva. Hizo varias muecas de dolor y dejó que la brisa nocturna la embriagara. El naranja del cielo fue testigo de su disconforme pena, un viaje que habría sido maravilloso si Gabriel no la hubiera empujado cuesta abajo. Bajó la mirada a su rodilla derecha y de nuevo ese dolor se hizo permanente. Deseó acostarse en la cama y no salir de ella hasta el día siguiente a las cuatro y media de la tarde. Sus esperanzas se truncaron en cuanto escuchó la cisterna. Irene tardaría poco en salir y eso conllevaría el arrastre hacia el peligro.

Cerró su bolsito de croché, lo abrazó con fuerza y miró al cielo, el sol se estaba poniendo y poco a poco se fue oscureciendo. La mejor sensación para ella era mirar los atardeceres. Un paisaje precioso, digno de admirar, ella sonrió como nunca antes lo había hecho. Giró su cabeza al sentir como un grupo de personas corrían aceleradas cuesta abajo, de nuevo esa sensación de temor se instaló en su cuerpo. Puso esa expresión de asco, le salía sola, pero ella era así y no podía evitarla en cuanto sentía disconformidad. Apreciaba la compañía, pero repudiaba cuando había demasiadas personas a su alrededor.

-Malena, ¿vienes?-la voz de Irene la sacó de sus pensamientos-. Es la hora de cenar.

-Sí, un momento-la sevillana entró en la habitación cojeando y dejó el bolsito sobre la litera de arriba-. Me había quedado empanada mirando el cielo, está precioso.

Agarró las muletas que le prestaron para que pudiera caminar más comodamente por el recinto. Evitó mirarse al espejo, tímida giró su cabeza unos noventa grados y pudo apreciar las heridas que tenía sobre su rostro. Entrecerró los ojos maldiciendo, negó con la cabeza y procedió a volver a la realidad. A una realidad que le daba pudor y miedo.

-La loca de los cielos, ¿le has hecho una foto para subirla a Instagram?-vaciló Irene, Malena asintió riéndose.

-Ya sabes como soy, no sé para que preguntas -ambas negaron con la cabeza.

Se agarraron de la mano por unos segundos y caminaron hasta el comedor. Se pusieron a la cola, aunque a su grupo lo habían perdido. Siempre tuvieron la mala costumbre de entretenerse cada dos por tres. Malena desvió la mirada por unos instantes, de nuevo aquel cielo se hizo presente en sus pensamientos. Sintió como algo la hipnotizaba, la luna comenzaba a reinar en el cielo, una luna llena perfecta, algo más grande de lo normal, presidía el firmamento. Aunque para ella el cielo era el hogar de los ángeles y tenía la certeza de que su abuela al fallecer se convirtió en uno y la observaba allá donde fuera.

-Perdona, nuestro grupo ya ha entrado-comentó Irene en cuanto vio a un monitor-. Somos las de Sevilla-realmente era el único instituto de Sevilla en aquel campamento, por lo que se les reconocía fácilmente.

-Dejadlas pasar-ordenó aquel moreno a sus alumnos.

Malena e Irene entraron algo tímidas al sentirse observadas por todos. Se introdujeron al final y se sentaron en la mesa junto a algunos chicos de su clase. Sopa de fideos y filetes de ternera empanados, aquella era la cena. Malena frunció el ceño al ver la sopa, se la pusieron el primer día y lo cierto fue que le pareció realmente asquerosa. "Parece aguachirri" recordó la afirmación de Jennifer al probarla. Se sirvió un poco y con cierto rechazo se la comió. Por su cabeza rondaban muchas cosas, entre ellas un chico que hizo que su respiración se cortara. Lo vio el primer día que llegaron al campamento, justo cuando se bajó del bus. Él corría cuesta abajo, ella lo seguía con la mirada. Vestía unos pantalones blancos de deporte y una camiseta de algún equipo de fútbol que desde la distancia no logró identificar. Malena sonrió al verlo, se quedó hipnotizada mirando incluso cuando el chico ya había desaparecido de su vista. Fue Omar quien tuvo que empujarla para que ella reaccionara y bajara los dos últimos escalones del bus.

Endless Nights ▪︎ PABLO TORREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora