Capítulo 11

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Malena
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-Solo he venido a hablar contigo, si me permites el gusto, claro-Elsa sonrió.

No pude evitar mirar hacia un lado y centrar mi mirada en Tatiana. Mi prima se encogió de hombros y con una mirada tranquilizadora me indicó que hablase con ella. No pude evitar sentirme rara al tener a Elsa justo delante mía, al final de una forma u otra, ella y Pablo habían tenido algo y aquello que tuviesen se rompió con mi llegada.

-No voy a reprocharte nada, solo quiero hablar contigo. A buenas, el mal rollo no me va. Te lo prometo-inspeccioné sus ojos y no fui capaz de ver ni una mísera gota de maldad por lo que acabé cediendo.

-Yo os dejo a solas-Tatiana agarró a Alejo y abandonaron la cocina.

-Ven, vamos a salir al jardín. Allí tendremos más privacidad.

Con una mano le indiqué la dirección y caminé tras ella hasta el jardín. Nos sentamos en uno de los bancos de madera que adornaban el porche y suspiré. Puedo afirmar que aquella fue una de las situaciones más incómodas que me tocó vivir a lo largo de mi vida. Elsa me imponía de una forma u otra, su pasado con Pablo me intrigaba.

-¿Quiero hablarte de Pablo? No creas que he venido aquí a aconsejarte ni mucho menos, pero veo que le gustas y ya me ha contado en que punto está él-Elsa no tuvo inconveniente alguno en iniciar la conversación y en parte me alegré.

-Pues tú dirás, me pillas completamente en blanco-intenté sonreír, pero se me notó forzada y ella se percató aunque le restó importancia.

-Malena, a Pablo le gustas muchísimo, tanto que hasta se ha vuelto un antisocial. Solo piensa en ti, vive por y para ti y se pelea con sus amigos por ti. Le importas demasiado y como persona que ha formado parte de su pasado te pediría que por favor trates de no herirle. Es más vulnerable de lo que parece. Ojalá y pronto te cuente su historia, comprenderás muchas cosas-Elsa colocó sus manos sobre las mías y me miró a los ojos de una forma inquietante.

-Entiendo, pero, ¿quién me comprende a mí?-negué con la cabeza y suspiré apartándome de ella.

-No me conoces de nada, pero si quieres desahogarte aquí estoy. Malena, no soy tu enemiga, esas cosas no van conmigo. No soy la típica ex resentida. Solo quiero lo mejor para él, puede que yo me hiciera más ilusiones que él. Pero uno no elige de quien se enamora y Pablo te eligió a ti y lo acepto y lo asumo.

-Muy considerado de tu parte-no pude evitar sentirme cohibida y mostrarme a la defensiva, al final no la conocía de nada-. Supongo que esperaré a que él quiera contármelo y si no lo hace tampoco pasa nada. La vida son etapas que hay que cerrar.

Elsa se alejó un poco de mí ante mi rechazo, ambas miramos al frente y suspiramos a la vez. A pesar de mi actitud de mierda, supe apreciar que no venía con mala intención, pero tampoco entendí su visita. Pretendía que fuéramos amigas de la noche a la mañana y yo no estaba por la labor.

-Sé que no debo, pero lo necesito-jugué con los anillos que decoraban mis dedos y resoplé-. Si tengo miedo al amor es porque una vez me hicieron sentir insuficiente. Llevo toda mi vida tratando de complacer a los demás. Intentando ser la hija perfecta, la amiga perfecta, la estudiante perfecta. Toda una vida dedicada a los demás que me olvidé de mí misma y cuando me fui a dar cuenta ya era demasiado tarde. ¿Sabes lo que es estar rota de dolor? ¿Sabes lo que es llegar a casa tras el instituto y querer llorar hasta que se hiciera de noche? Siempre he tratado de ser una más, pero a mí también me gustaba ser protagonista y siempre me conformé con un papel secundario-las lágrimas brotaron de mis ojos, con rabia las retiré con el dorso de mi mano-. Tanto tiempo a la sombra de los demás que se me olvidó que yo tenía luz propia y podía brillar. Tantos años teniendo una autoestima de mierda que perdona que ahora no sepa valorar que le pueda gustar a alguien. Pienso que me están gastando una broma y que realmente yo no puedo gustar porque toda la vida me lo han hecho creer así. Y dirás "vaya amigas de mierda". Pues sí, las tenía y eran unas arpías todas. Cuando nos mudamos a Barcelona vi la luz, hice dos amigas nuevas que me costó muchísimo entender que estaban ahí porque me querían y no porque debían. Perdona que tenga miedo a querer, pero nunca me enseñaron a hacerlo. He vivido años en una mentira que ver la verdad asusta. No me merezco en absoluto la vida que tengo o que más bien tenía, pero he tratado de salir adelante, como he podido y con ayuda. El cambio ya lo he hecho, ahora estoy en un período transitorio en el que quiero comprobar si realmente mi estabilidad emocional ha cambiado. Pero el cambio es lento, duele y corrompe. Entiendo a Pablo, te entiendo a ti, pero, ¿quién me entiende a mí?

Endless Nights ▪︎ PABLO TORREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora