Capítulo 18

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Pablo
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-Estoy a punto de perder el conocimiento-balbuceó Javi mientras subíamos las escaleras.

-Lo que eres es un exagerado, para ya de quejarte. Has ido más borracho otras veces-rodé los ojos y tiré de él.

-Me he enamorado Pablo, ella era increíble-se le puso cara de enchochado.

Y lo conocía tan bien como para saber que no se había acercado a la chica. Porque Javi siempre fue así, te reprochaba todo, pero luego no se atrevían a decirles nada a las tías que realmente le gustaban. Y fue gracioso pensar que a mí me puso de vuelta y media con lo de Malena, y él era peor que yo.

-¿Te vas?-preguntó en cuanto cayó en la cama.

-Sí, me voy con los del equipo un rato. ¿Estarás bien solo?-no sé ni porque pregunté, yo solo quería que no me necesitara.

-Sí, no te preocupes. Voy a caer redondo en la cama en cuanto me cambie de ropa.

-Nos vemos mañana-dije cerrando la puerta de su habitación.

Suspiré y bajé las escaleras de casa. Echaba de menos a Nacho, pero supongo que tener un primo militar no era fácil y mucho menos siendo mi único apoyo moral en Barcelona. Estaba Malena sí, pero sus incoherencias me volvían loco. No logré pillarla, sabía que me quería, pero tampoco entendía el porqué de su actitud.

Me dolió y mucho que me dejara de aquella forma aunque luego la comprendí y entendí que para amar primero hay que sanar. Y por desgracia ella estaba llena de heridas por cicatrizar.

Salí de casa con el único objetivo de distraerme, estar en mi habitación tumbado en la cama hacía que solo pensara en ella. Salir a la calle me hacía tener la mente ocupada por lo que agradecía los planes aunque solo fueran con mis compañeros de equipo.

Me monté en el coche y puse rumbo a la casa de Xavi. Pocas ganas tuve de ir, pero lo necesité. Mi mente estaba sucumbida a los encantos de la sevillana. Y es que no pude sacármela de la cabeza, la tenía tan presente que casi me olvidé de que el dolor seguía presente. Porque aquello fue lo típico de que en ocasiones no se quiere sanar algo que duele porqué quizás ese es el único vínculo que queda con esa persona.

-Pablitoooooo-escuché a Piqué de fondo en cuanto me bajé del coche.

-¿Qué pasa Geri?-sonreí algo forzado.

Entramos en la casa del míster y busqué a Pedri y a Gavi con la mirada. Al final, junto con Balde era con los que más afinidad tenía. No me costó mucho encontrarnos, es más, estaban junto a Jules y parecían divertirse.

Me acerqué a ellos con el único propósito de integrarme. Siempre fui algo tímido y reservado, en ocasiones me costaba socializar. Aunque mis compañeros me lo pusieron muy fácil.

-Hola-saludé en cuanto me uní al círculo.

-¿Qué tal?-Pedri me dio un par de palmaditas en la espalda.

-Bueno cuenta eso tan interesante que te ha pasado-le insistió Gavi al francés.

-El otro día casi atropello a una chica y os juro que me pareció guapísima. Y justo hoy la he encontrado en insta-el francés sacó su móvil y casi me dio un paro cardíaco en cuanto vi a Malena en la pantalla de su móvil.

-¿Esa no es Malena?-dijo Pedri confuso.

-¿La conoces?-Kounde parecía desubicado.

-Claro, es la novia de este-Pedri me señaló y mis ojos se cruzaron con los del francés.

Endless Nights ▪︎ PABLO TORREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora