CAPÍTULO ESPECIAL 8

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Malena
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-¿Estás lista?-Pablo interrumpió en el baño algo agitado.

-Sí, me falta ponerme los tacones, ¿vamos tarde?-me giré para mirarlo y él negó con la cabeza.

-No, por suerte vamos bien, pero Alejo sigue metido en la ducha-rodó los ojos y yo asentí.

Alejó llegó a las seis de la mañana aquel día, fue el cumpleaños de Raúl, los tan ansiados dieciocho y le dimos total libertad. Nunca le pusimos un horario de vuelta a casa aunque Pablo insistía que no volviese tarde. Se enfadaban siempre y el cántabro le exigía estar en casa como muy tarde a las tres de la mañana, pero Alejo nunca le hizo caso y vino a la hora que quiso siempre.

-No creo que haya dormido-cerré el neceser y lo miré a los ojos-. De empalme se va a la boda-negué con la cabeza sabiendo lo que iba a pasar.

-Mientras no se ponga a beber cerveza de buena mañana-Pablo apoyó un brazo en el marco de la puerta lo que me hizo verle muchísimo más atractivo.

El traje le venía justo, es más, la camisa se le pegaba a la piel y yo me volví loca. Siempre me gustó verlo en traje, era mi perdición, pero más me gustaba cuando el traje se ajustaba a su cuerpo y le quedaba algo ceñido, estaba guapísimo y mí me hacía perder la razón.

-Ya va borracho-dije con total tranquilidad saliendo del baño y caminando hasta la cama.

-¿Ya?-preguntó Pablo al borde del delirio.

-Vomitó al llegar, bueno, vomitaron-aclaré intentando que no me entrasen arcadas al recordarlo-. Ya sabes que Raúl viene a la boda, ¿no?

-Sí, sí, lo sé-se sentó a mi lado y me quitó los zapatos para ponérmelos él.

Sonreí ante aquel gesto tan tierno, me puso los zapatos mientras pensaba más de la cuenta. Esa cara de concentración le delató. Conocíamos a Raúl, no mucho, pero sí lo suficiente como para que hubiese una confianza entre nosotros. Pedri nos sugirió que Alejo invitara a su novio y no nos pareció mala idea. Al final Pablo y yo quisimos que él viviera su amor libremente y sabíamos que estando Raúl con él no se aburriría y nos dejaría a nosotros algo más de libertad.

-Está algo rayado-dijo Pablo rascándose la nuca-. Ayer cuando volvíamos del entrenamiento me contó que le causaba angustia pensar en el día de hoy.

-Pablo, perdóname, pero no te estoy pillando-dije y él asintió con la cabeza.

-Perdona, me he puesto nervioso-el futbolista suspiró y me agarró las manos-. Quiere hacer pública su homosexualidad hoy y no es que tenga miedo a las reacciones de la gente, él es muy fuerte. Tiene miedo a que Raúl se pueda sentir incómodo.

Asentí con la cabeza y medité en profundidad la situación. Alejo acababa de dar un salto muy importante en su carrera, desde que debutó en Liga con el primer equipo, Nico siempre contaba con él, en algún que otro partido lo ponía de titular para darle confianza, pero la mayor parte del tiempo era suplente. Poco a poco se estaba haciendo un hueco en el once inicial y algo parecido le pasó a Raúl, un año después del debut de Alejo en Primera División, debutó él, en el mismo equipo y con la misma ilusión. Ellos dos eran pareja y muy poca gente lo sabía, Alejo siempre llevó su relación con discreción, nunca le gustó que hablaran de su vida privada. Le hacía gracia ver como causaba sensación en las niñas de su edad y que sus ojos estuvieran puestos en otra persona.

Endless Nights ▪︎ PABLO TORREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora