Endless Nights ▪︎ PABLO TORRE

Capítulo 15

• • •

No sé si tú, a mí sí me dolió (Wuh)
La noche en que esto se terminó (Wuh)
No fueron sus besos, su mirada mintió
No fui yo el que la promesa no cumplió (Yeah)
Donde quedo todo lo que tú me decías (Uh wuh)
Cómo iba a saber que era una bandida (Ey)
Sus malas se la traía escondida
Hasta tu propia amiga me lo advertía (Yeah)

Salgo a ver si corro con suerte
Esperando volver a verte
Dime, dónde te escondes
Hoy la botella tiene tu nombre
Salgo a ver si corro con suerte
Esperando volver a verte
Dime, dónde te escondes (Oh oh)
Hoy la botella tiene tu nombre

• • •

Pablo
•••••••••

Me di media vuelta y estiré el brazo buscándola a ella, pero no estaba. Pasé mis manos por el colchón y su ausencia me volvió vulnerable. Me levanté al sentir las sábanas frías, indicándome que hacía mucho tiempo que ella no estaba allí conmigo. Lo último que recuerdé fue estar tumbado sobre su pecho y quedarme dormido mientras ella me acariciaba la cabeza. Encendí la luz y me vestí, me paseé por la habitación y fue entonces cuando vi aquel papel doblado sobre la mesita de noche. Me llevé las manos a la cabeza temiéndome lo peor. Una nota y cuando hay una nota muy pocas veces sale bien algo. Por mi mente pasaron tantas cosas que no fui capaz de pensar con claridad. Era pensar que la perdía y mi mundo se rompía.

-No me jodas Malena-susurré con un nudo en la garganta.

Agarré la nota y procedí a leerla. Conforme fui leyendo mi corazón se fue rompiendo. No hubo forma de validar lo que sentíamos porque de nuevo el miedo le ganó la partida al amor. Tiré el folio al suelo y me senté sobre el colchón abatido.

¿Otra vez? Otra vez se repetía el peor episodio amoroso de mi vida. Otra vez me estaban dejando al empezar algo, otra vez mi corazón se quebró al ver que la chica de mis sueños huía. Me pasó una vez y la historia se repitió, pero a peor porque lo que sentía por Malena era mucho más grande que lo un día sentí por mi ex.

Lúa, así se llamaba la chica que me marcó en mi adolescencia. Íbamos juntos a clase, nuestras madres eran muy amigas lo que hacía que nos estuviéramos viendo con recurrencia. Pasábamos tanto tiempo juntos que poco a poco me fui sintiendo atraído por ella. Comenzamos a salir, todo era idílico, todo era un cuento de hadas hasta que la princesa se encargó de arruinar el cuento. Ella sabía que se marchaba a Londres a vivir, ella siempre supo que lo nuestro no prosperaría en el tiempo y aún así se arriesgó y jugó sus cartas. Me ilusionó, me brindó su amor, me hizo amar y de repente, de la noche a la mañana se largó de mi vida sin darme ninguna explicación. Fue mi madre la encargada de hacérmelo saber. Me juré mil veces no creer en el amor, me prometí no entregarle mi alma a ninguna chica y en verano llegó ella, Malena. En un maldito fin de curso me devolvió la ilusión, años más tarde nos reencontramos y nos dimos cuenta de que el destino nos quería juntos. Y de nuevo, ella se marchó, huyendo por miedo y dejándome destrozado.

-No me lo merezco-suspiré.

Cogí la nota del suelo y la rompí en mil pedazos. Cansado de tener que lidiar siempre con lo mismo me replanteé que hacer. Ir a su casa y plantarle cara o dejarla ir y que se diese cuenta de lo que estaba perdiendo.  No conseguí aclararme, no conseguí encontrarme a gusto y sobre todo no supe que hacer.