Capítulo 14

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Malena
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-Pero, ¿Ferrán no esta con Sira?-pregunté en cuanto nos subimos al coche.

-No preguntes. Ni él sabe lo que quiere. Dejó a la hija de Xavi por Salma y al poco tiempo se puso a salir con Sira-Pablo metió la llave y arrancó el coche.

-¿De verdad? Jope, ahora entiendo a Salma. Se nota que no está bien con Nico-apoyé la cabeza en el respaldo y miré a Pablo.

-Creo que no están juntos, solo follan de vez en cuando. Pero tampoco me hagas caso. Esos vuelven y lo dejan. Son muy dependientes del otro. Desde que llegó Ferrán se volvieron muy tóxicos.

-¿Salma y Ferrán...?

-Sí-suspiró-, y no una vez. Varias.

-Joder. Pero, ¿ellos se hablan? O sea, hay buen rollo-el trío Nico - Ferrán - Salma me intrigaba tanto que quise preguntarle a Pablo todo, absolutamente todo.

-Sí, sí. Entre ellos todo bien. A mí me da la sensación de que al final se separaran y todo quedará en una anécdota. Pero vamos que Sira lleva más cuernos que los de la isla de las tentaciones. Y Gavi está hasta el coño de todos. No se habla con ninguno, estaba enchochado con Salma, ella le dijo que no. Se emborrachó, estuvo como doce horas desaparecido y poco más sé.

-Hostia puta, Pablo. Pero qué drama es ese-reí con ironía.

-Los dramas de un futbolista de primera división, para que luego digan que nuestra vida es aburrida.

Tosí y me dediqué a mirar la noche en Barcelona. La nuestra no había sido la mejor, tampoco la peor, una noche más, sin más. La compañía agradable, pero no entendí si Thaís era la novia de Alejandro o la amante. Pablo me dijo que ni preguntara, pero es que no me quedó claro y yo necesitaba saberlo todo.

-¿La pelirroja era la novia o la amante?

-La novia, otra que podría dirigir una plaza de toros.

-Joder, mira que me habían caído bien tus compañeros.

-Lo de Balde tiene explicación, pero es demasiado complicado. Creo que paso. Hablar de mis compañeros teniéndote a ti a mi lado es perder el tiempo, mi comandante.

Hice pucheros al ver que él cántabro no me contaba nada, pero no insistí. Decidí pasar de la conversación, no le iba a obligar a hablar si él no quería hacerlo. Además que a mí me iba el cotilleo lo que hicieran en la intimidad sus compañeros me daba exactamente igual.

-¿Te dejo en tu casa?-preguntó sin apartar la vista del asfalto.

-Yo pensaba que íbamos a tu casa-me ruboricé.

-Por mí perfecto, solamente quería confirmarlo-guiñó su ojo derecho y yo procedí a reírme.

Me apeteció mil irme a su casa, tener un rato a solas, estarían sus amigos, pero ellos iban a su bola. Sin embargo en mi casa había demasiados ojos y demasiadas orejas pendientes de mí. Intimidad no íbamos a tener y aquella noche estuve dispuesta a dejarme llevar.

Pablo llevaba lanzándome indirectas varios días, pero yo trataba de hacer como si la cosa no fuese conmigo. Es que hablar de sexo me producía incomodidad y mucha vergüenza. Él también se ruborizaba, pero menos. Al final los dos éramos muy parecidos y aunque me gustaba en ocasiones percibía que me faltaba algo más.

-Creo que estaremos solos-comentó en cuanto entramos en su calle-. Nacho se ha ido de misión, ya lo sabrás supongo.

-Sí, vino ayer a despedirse de Alejo-asentí intentando no llorar.

Endless Nights ▪︎ PABLO TORREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora