Capítulo 26

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Pablo
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Me cercioré de que todo estaba como yo quería. Al menos mi habitación. Me iba una semana fuera y en ningún momento me fié de mis amigos. Supe desde el primer instante que en el momento en el que saliera por esa puerta, Carlos y Javi iban a montar una fiesta diaria en casa. Por otro lado estaba Nacho, recién llegado y no fui capaz de decirle que Tatiana había fallecido. No es que tuvieran una relación estable, más bien estaban en el proceso de, pero él tuvo que marcharse de misión y la cosa se enfrió.

Bajé las maletas a la planta baja, esperando a que Pedri tocase al timbre y así poder marcharnos juntos a Sevilla. Por decisión propia decidimos ir en coche. Sabíamos que iba a ser un viaje largo, pero no nos importó porque supimos apreciar las consecuencias que íbamos a tener.

-Pablo-la voz de mi primo me asustó.

-Joder, Nacho. No seas tan sigiloso-me quejé, él se rió.

-Perdona. Oye, ¿Tatiana? Tiene el móvil apagado.

Cerré los ojos y suspiré. Inhalé y exhalé tratando de afrontar el tema lo mejor posible. Mi primo tuvo siempre mucho carácter y era una persona hiper mega temperamental, no supe como iniciar la conversación. Sabía que se iba a alterar en cuanto se enterase.

-Tatiana, esto... Joder-me froté la frente nervioso, nunca se me dio bien contar aquel tipo de cosas-. Tatiana falleció hace un mes, Rubén la mató.

Mi primo abrió los ojos, su expresión fue cambiando conforme los segundos pasaban. Frunció el ceño y apretó los puños.

-¿Por qué?-fue lo único que se le ocurrió preguntar.

-No lo sé Nacho, no sé nada. Solo soy consciente de que ese capullo estaba obsesionado con ella hasta el punto de no soportar que estuviera conociendo a otros tíos.

-Joder-mi primo se tapó el rostro con las manos y cerró los ojos-, ahora entiendo porque me dejó de contestar los mensajes. Al principio me preocupé, luego supuse que se cansó de mí y ahora me cuentas esto. Joder. ¿Alejo como está?

-Asimilando todo aunque creo que de todos es el que mejor lo lleva. Malena me cuenta que todas las noches le lanza un beso al cielo y que le da las buenas noches a la estrella que más brilla. Lo tiene muy interiorizado, pero hay veces que llora y solo quiere estar con su madre.

Agaché la cabeza y suspiré. Todo fue muy difícil, Malena en Sevilla, Alejo cada vez se comportaba peor y mis suegros estaban sumergidos en un círculo vicioso del que era casi imposible huir. Ellos sabían en que momento de sus vidas estaban, pero llegó un punto en el que se olvidaron de todo el dolor que sentían y vivían en penuria siendo incapaces de afrontar la cruda realidad. Y que decir de los padres de Tatiana, a Tristán se le fue la puta olla al enterarse y casi mata a puñetazos a Rubén, iba hasta arriba de cocaína y entró en un centro de desintoxicación.

-¿Por qué siempre sufren las personas que menos se lo merecen?-pregunté en voz alta sin querer.

-Porque la vida es muy injusta Pablo.

El timbre sonó y con ello suspiré. Me supo mal dejar a mi primo en aquella situación. Quizás no fue nada apropiado por mi parte haber tardado tanto en contárselo. Pero era pensar en Tatiana y una parte de mi se rompía.

-Pásalo bien-Nacho me chocó la mano y me dio un breve abrazo con dos palmaditas incluidas.

-Gracias tío, se hará lo que se pueda. Ahora mismo mi objetivo es que Malena esté bien-sonreí, el timbre volvió a sonar.

-Va tío, no hagas esperar a Pedri-colocó su mano en mi hombro y lo apretó-. Disfrutad juntos del tiempo, os lo merecéis.

Asentí sonriendo y tras guiñarle el ojo abandoné la casa. Pedri me hizo un gesto de enfado, alzó ambos brazos y su expresión facial me indicó que mi demora le había cabreado.

Endless Nights ▪︎ PABLO TORREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora