Estoy respirando debajo del agua. No creí que fuese posible, pero lo estoy haciendo; estoy hundida en esa enorme masa de agua y mis pulmones cogen una cantidad de aire impresionante. El líquido se encuentra con mis extremidades y yo me muevo alrededor como si no estuviera sumergida. Como si el agua fuera aire.
Me tarda unos cuantos segundos darme cuenta de que estoy en la piscina del internado Elkeles; la misma en la que casi me ahogo. No sé porqué estoy aquí ni en qué momento decidí que era una buena idea sumergirme, pero no parezco encontrar la salida. Mientras más avanzo, más grande se va haciendo la piscina y más difícil para mí es salir. Parece infinita.
La desesperación no tarda en llegar. Agacho la mirada y, de repente, me doy cuenta de que estoy vistiendo mi bata blanca. La misma que estaba usando esa noche...la noche de...
— ¿La noche de qué, Olivia? — pregunta una voz familiar. Yo alzo el rostro, y entonces, lo veo; Vince está sumergido justo en frente de mí. Se mueve de manera suave; sus muñecas cogen mis brazos con firmeza y de repente me pregunto si siempre estuvo allí.
Mi ceño se frunce ante su aparición; ¿es que acaso me está siguiendo? ¿Es que acaso él sabe algo que yo no?
— ¿Qué haces aquí?— mascullo. Él me ignora por completo; sus brazos suben hasta mis hombros y la firmeza en su agarre se vuelve mayor.
— ¿Qué sucedió esa noche, Olivia?
Mis ojos se abren de golpe. La oscuridad entra por la ventana de nuestra habitación; Dalia aún sigue durmiendo, y el reloj apenas marca las seis de la madrugada. Yo escaneo la habitación con mi mirada; de repente siento como si alguien me hubiera despertado, pero sólo estoy yo.
En una esquina del lugar, mi uniforme húmedo reposa sobre una de las sillas. Cuando llegué anoche a mi habitación después de lo sucedido, la mayoría se encontraban durmiendo o en la sala de estar viendo una película de viernes en la noche, así que me escabullí y me acosté sin tener que contestar ninguna pregunta. Ahora que lo pienso, no es como si a alguien realmente le interesara lo que hago.
Vuelvo a cerrar los ojos para intentar de dormir, pero lo único que consigo es dar vueltas y vueltas en la cama, pensando una y otra vez en lo que sucedió anoche. Mi mente no deja de volver al momento en el que casi morí; el momento en el que Vince me sacó del agua.
No he dejado de preguntarme qué hubiera sucedido si él no hubiera llegado, por más extraña que haya sido su aparición.
Después de un rato, me digo a mí misma que definitivamente no podré seguir durmiendo y me pongo de pie para abrigarme y caminar a la sala de estar, con la esperanza de encontrar algún libro bueno o pillar algún programa de televisión novedoso que me quite de mi ensimismamiento.
Meto mi cuerpo en un un conjunto deportivo gris que hace juego con las sombrías paredes del instituto y hago mi mejor esfuerzo para mantenerme en completo silencio. Una vez que estoy lista, abro la puerta de nuestra habitación con total calma y salgo de allí, caminando de puntitas.
Mis pies se mueven silenciosos y cautelosos por el pasillo. La guardia todavía no despierta y de repente se siente increíblemente solitario estar moviéndose por ese edificio. Lo único que llega a mis oídos es el sonido de los árboles azotándose contra las paredes y el viento soplando fuerte en el exterior.
Bajo las escaleras de manera precavida, como si fuera un delito. La última vez que me fijé, no tenía nada de malo estar despierta a estas horas de la mañana; pero siento que si hago cualquier mínimo ruido, todo el mundo despertará y me odiará por completo.
Para mi sorpresa, no soy la única despierta tan temprano; o al menos, de eso me percato cuando me detengo unos pasos antes de llegar a la sala de estar. Nunca he sido de husmear conversaciones ajenas, pero aquella voz me es familiar y la manera en la que su tono se ha teñido de preocupación me hace detenerme allí de golpe para intentar escuchar lo que están hablando.
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NIGHTED
Teen FictionNIGHTED: La reencarnación de la reina Mens Olivia Noboa tiene un talento innato para hacer de su pasado un misterio. No tiene amigos, familiares, y nadie sabe qué sucedió en la última casa de acogida en la que estuvo, lugar que la dejó con un trauma...