NIGHTED

Capítulo 13.

Nikola no quiere decir nada más con respecto al tema. Me dice que ya ha dicho demasiado y que una fiesta no es un buen lugar para hablar de eso, así que no le sigo insistiendo más. De todas maneras, no es como si pudiera encontrar un buen lugar para hablar del tema. Él parece escabullirse cada vez que puede, Marcus me asusta, y Vince parece estar viviendo la vida de demonio al máximo. Supongo que lo único que alguna vez van a querer de mí será asesinarme, así que intento no prestarle atención a ninguno de ellos, por más imposible que parezca. 

— Sólo una pregunta más— le pido finalmente a Nikola, quien ya está mirando hacia todos lados en busca de una escapatoria a mi interrogatorio— ¿pueden leerse la mente entre ustedes? 

Él niega de manera casi inmediata.

— Nop. Es imposible— me asegura, y luego deja que la yema de su dedo índice baile con la punta de mi nariz por un microsegundo— casi tanto como leerte la mente a ti. 

— ¡Aww! ¡Me encanta este momento de bonding!— la voz de Marcus hace que nosotros giremos el rostro para observarlo. Él sostiene dos vasos de alcohol; uno en cada mano, y casi me quedo sin aliento cuando reparo en que no está trayendo playera.

— No sabía que los demonios se emborrachaban— gruño. Marcus niega con el rostro. 

— No lo hacemos. Sólo nos volvemos honestos— admite. Yo frunzo el ceño, sin creer mucho en lo que dice; así que, por inercia, busco el rostro del más creíble dentro de los pocos creíbles.

— Es cierto— me cuenta Nikola— el único efecto adverso del alcohol es que nos vuelve brutalmente honestos. 

— ¿Que no corren peligro de decirle al mundo lo que son?— pregunto confundida. Ellos se encogen de hombros. 

— Honestos, Olivia. No estúpidos— farfulla Marcus. Y entonces, me atrevo a mirarlo.

Su torso musculoso me saluda de forma animada. Marcus tiene un cuerpo privilegiado y lo sabe; él mantiene una sonrisa en el rostro a medida que se acerca y deja que sus extremidades reposen en nuestros hombros como si nos estuviera abrazando a ambos. Su aroma varonil ingresa de lleno a mis fosas nasales y de repente me siento un poco conmocionada ante su cercanía. 

— ¿De qué hablaban?— pregunta finalmente, levantando sus cejas en dirección a ambos. Nikola sube su mano hasta la muñeca de Nikola, que reposa en su cuello, y la saca de encima de manera brusca— ¿a dónde viene tanta ira?— pregunta él, pero sé de antemano que está burlándose del muchacho. 

Nikola no dice nada; él simplemente rueda los ojos y se gira sobre sus propios talones para marcharse, dejándome a mí y a Marcus de pie allí entre medio de la multitud. Él mantiene su brazo rodeando mi hombro y se lleva el vaso hasta la boca mientras lo bebe como si fuera agua. 

— Me gusta esta nueva amistad entre Nikola y tú, reina— suspira él. Puedo notar la manera en la que su boca desciende hasta mi oído— va a sufrir mucho cuando no estés. 

Yo ruedo los ojos y me salgo de su agarre. Si hay algo peor que estar sentenciada a muerte, es tener que escuchar las palabras de Marcus recordándomelo cada vez que puede, así que, sin más, comienzo a avanzar entre la multitud para poder conseguir un vaso de alcohol que no corra peligro de haber sido envenenado. 

Logro avanzar a empujones. Todos bailan y se mueven de manera animada, y a nadie parece importarle que yo esté intentando hacer mi camino, así que, cuando finalmente llego hasta la mesa de bebestibles, no puedo hacer otra cosa que suspirar aliviada.

Me decido por una cerveza a pesar de que no tengo mucha experiencia, y, mientras la cojo, me propongo a mí misma que buscaré un grupo con quien sociabilizar y así olvidar todo lo que ha sucedido desde que llegué a este lugar. Sin embargo, cuando me giro sobre mis propios talones para volver a moverme, mi cuerpo choca con un cuerpo firme y duro que provoca que mi cerveza caiga de golpe al suelo.