NIGHTED

Capítulo 33.

Mañana finalmente es mi cumpleaños.

Para muchos, tu cumpleaños significa que cumplirás un año más de vida. Para mí, significa que mañana probablemente voy a morir.

No sé qué es lo que Vince y Marcus esperan exactamente que suceda mañana, solamente sé que los últimos días se ha respirado un pequeño clima tenso a nuestro alrededor. Puedo notar que los Voclain andan más cuidadosos que de costumbre; me siguen a todas partes, están al tanto de todos mis movimientos, e incluso tengo la leve sospecha de que han estado rondando mi ventana durante la noche. Quizás es ese el mismo motivo por el cual no he sufrido ningún otro ataque.

Por otra parte, Dalia está organizando una fiesta sorpresa para mí. Sé que ha intentado mantenerlo en secreto, pero no es como si fuera demasiado buena haciéndolo; hace una semana atrás me preguntó si es que había tenido alguna fiesta sorpresa alguna vez en la vida, y yo le contesté que no. Al otro día, me preguntó que, si tuviera una fiesta sorpresa, de qué color le gustaría que fueran las decoraciones, y yo le contesté que rojo.

— Qué curioso— me contestó, como si lo estuviera preguntando por mera casualidad. Luego, a los días siguientes, me dijo que tenía que darle rápido mi lista de regalos de cumpleaños, así que solamente le escribí un montón de libros que me gustaría tener, ya sea porque Vince me ha hablado sobre ellos o han hecho referencia sobre ellos en alguno de los otros que he leído.

Hoy ha estado toda la mañana diciéndome que me arregle, que me ponga bonita, e incluso me obligó a pintarme las uñas con ella. Yo he estado cumpliendo cada capricho porque, si es la última vez que nos vemos, entonces prefiero irme sabiendo que al menos la hice feliz.

Lo peor de todo es que, por más que intenté usar mis poderes en algún momento, practicando con Vince y Marcus o incluso sola en la habitación mientras Dalia se ausentaba para estar con Evan, no pude hacerlo. No pude encontrar el motivo que me impulsó a usarlos las otras veces. He intentado enfadándome, recordando eventos del pasado, pero nada. Todo apunta a que Mens actúa de maneras misteriosas.

El reloj marca las ocho de la noche. Dalia ha estado maquillándome durante un rato tan prolongado que mi rostro se ha comenzado a sentir adormecido y no puedo ni siquiera mover mis labios, así que levanto mis brazos en el aire intentando zafar.

— ¡Ya queda poco!— me asegura ella, frunciendo el ceño como si le irritara que fuera tan inquieta— ¡eres como un niño pequeño!

Me quedo quieta a la espera de que termine su labor y, cuando lo hago, me doy un vistazo en el espejo. Debo admitir que no está nada mal; incluso, creo sorprenderme un poco cuando mis ojos se encuentran con aquel rostro tan poco familiar. Luzco...linda.

Ella me ha puesto sombra oscura en los ojos y me ha pintado los labios de rojo. También ha remarcado cada facción de mi rostro con maquillaje, y me ha hecho ver lo más parecida a la Olivia que me gustaría ver siempre.

De pronto, no puedo evitar que una sonrisa se desprenda de la comisura de mis labios.

— ¿Te gusta?— pregunta, algo insegura. Yo asiento, sin poder dejar de mirar el espejo.

— Me encanta, Dalia. Gracias— le aseguro. Antes de que yo pueda decir algo más, ella se gira sobre sus propios talones para rebuscar algo entre su armario.

— Bien, sé que querías que te regale un libro, pero...— saca de entre sus pertenencias una caja de terciopelo negra con cinta azul y me la entrega— pero creí que quizás ibas a necesitar algo como eso.

Mis ojos se abren en confusión.

— ¿Qué es esto?— pregunto divertida, llevando aquel presente hasta mi cama. Lo dejo reposar encima y quito la cinta con tanto cuidado que pareciera que es un cristal que me da miedo romper; una vez que abro la caja, puedo notar de inmediato que es un vestido, así que lo saco para verlo mejor, y por resultado, quedo completamente atónita.