NIGHTED

Capítulo 10.

— Hey— llamo la atención de Dalia, quien se encuentra recostada en su cama mientras termina de leer esa novela romántica de vampiros que comenzó hace unos días atrás. Yo intento ponerle atención a los ejercicios de matemáticas que han dejado para hoy, pero no consigo concentrarme; mi mente viaja una y otra vez hasta lo que sucedió hace días atrás.

Hace tres días estuve en la habitación de Vince y Marcus, cuando me confesaron todo. Hace tres días que no los veo; no he sabido nada de ellos, no los he visto pasar por ningún lugar, y me da miedo preguntarle a alguien. No se porqué.

Nikola, por su parte, ha estado actuando demasiado extraño. Es como si quisiera pasar la menor cantidad de tiempo posible con nosotros; siempre tiene algo más que hacer y sale disparado para ir a algún lugar.

En estos tres días me he replanteado mi existencia completa. Me he mantenido tan absorta en mis propios pensamientos que apenas he tomado atención a lo que sucede a mí alrededor; de un momento a otro, mi mente sólo tiene espacio para pensar en los Voclain.

He estado haciendo mis propias investigaciones. He estado yendo a la biblioteca a leer libros sobre mitología y le he pedido prestada la computadora a Dalia para investigar en internet, pero nada me da una pista sobre lo que realmente sucedió esa noche de tormenta. Por más que leo, no logro encontrar ninguna explicación a la manera en la que Marcus puede manipular el agua a su antojo, o la forma en la que pueden mover el universo sólo con la palma de sus manos.

La única persona además de ellos que creo que puede darme una explicación, es Nikola, pero obviamente, él no quiere hablar conmigo.

Quizás los Voclain le dijeron algo; quizás todos están al tanto de lo que ha sucedido.

Las preguntas no dejan de dar vueltas en mi cabeza; ninguna realmente tiene una explicación lógica. Las palabras de Vince se amontonan en mi cerebro como invitados no deseados; la manera en la que me aseguró que no había nada por entender.

¿Por qué Marcus intentó matarme? ¿Por qué me salvaron esa noche de la tormenta? ¿A qué se refieren cuando dicen que yo soy especial? Y por sobre todas las cosas, ¿qué hace un par de demonios en un instituto como Elkeles? ¿Es que acaso andan en busca de algo más? Si Marcus es un demonio de agua y puede manipularla como se le antoje...¿qué es lo que Vince puede manipular?

Todas esas incógnitas se han posicionado en mi cerebro de manera intranquila. La incertidumbre no me deja dormir por las noches y, ahora que lo pienso, desde ese día que no tengo ninguna pesadilla.

Dalia ha notado el cambio en mi humor; y no es para menos. De un día para otro me entero de la verdadera naturaleza de Vince y Marcus, y, por más que quiera convencerme a mí misma de que todo fue una mala broma y de que no hay manera en la tierra de que ellos puedan ser criaturas como los demonios, no logro encontrarle otra explicación lógica a lo que ha sucedido.

— ¿Si?— pregunta la muchacha, cerrando su libro de golpe para dejarlo a un lado en el colchón. Yo la observo desde mi cama y hago la misma acción que ella; cojo mis cuadernos y los dejo a un lado para ponerle toda mi atención.

— Lees muchas novelas de vampiros, ¿no?— levanto una ceja en su dirección. Una sonrisa arrogante brota de sus facciones y se encoge de hombros como si no fuera la gran cosa.

— Soy una romántica empedernida— admite. Yo medio intento reír, pero no consigo hacerlo.

Todo ese tema de los seres con poderes sobrenaturales hace que mi vello se erice y que el estómago se me convierta en un nudo. No puedo dejar de preguntarme qué otras cosas están sucediendo en el mundo que yo me estoy perdiendo por no poder ver más allá.