Aniversario

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—Mi amor, ¿estás listo? —preguntó Steve desde el piso de abajo—

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—Mi amor, ¿estás listo? —preguntó Steve desde el piso de abajo—. Llegaremos tarde.

—Un minuto.

El día tan esperado por todos en el Páramo había llegado: hoy era el aniversario. Natasha le había enviado un mensaje a Steve, en el que decía que ya todos estaban en Mean Street esperando por el líder y su novio.

Ambos se encontraban en OsTown, en la casa del castaño. Steve esperaba a su amorcito, sentado en el sillón de la sala. Portaba un traje azul marino, con una camisa del mismo color, pero de un tono más claro; una corbata roja y unos zapatos bien engrasados y presentables. Cualquiera que lo viera pensaría que es uno de los jóvenes más atractivos del Páramo: con sus músculos bien trabajados y su porte elegante. Incluso, algunas chicas que lo han visto en la calle caminando de la mano de Tony han murmurado cosas como: "Qué suerte tiene nuestro líder". O el clásico de clásicos: "Qué desperdicio de hombre". Steve había dicho en su mente algo así como: "Créanme, no se desperdicia nada".

No pasó mucho cuando escuchó que su castaño comenzó a bajar las escaleras. Se puso de pie para recibirlo, y se quedó embobado cuando Tony apareció frente a sus ojos. El joven líder portaba un traje color vino, con una camisa blanca y una corbata negra. El traje estaba algo ajustado, lo que hacía resaltar el cuerpo delgado del castaño, con una cintura pequeña capaz de provocar suspiros, y un abultado trasero que Steve estaba seguro, aunque no le agradaba ese pensamiento, se robaba la mirada de muchos "depravados-pervertidos", según él.

—¿Seguirás comiéndome con la mirada, o mejor nos preparamos para salir antes de llegar tarde? —inquirió Tony con burla. Y es que el rubio estaba, casi literalmente, babeando y con la mirada pegada en él.

Steve despabiló. Se incorporó con una sonrisa que, según Tony, estaba cargada de negras intenciones, y con negras se refería a "lujuriosas". El rubio caminó hasta su castaño, rodeó la espalda contraria con un brazo e inclinó a Tony hacia atrás, quien levantó una pierna mientras que con sus brazos se aferraba a la gran espalda de Steve. Acto seguido, el más alto atacó la boca contraria en un beso demandante y caliente.

Tony se sintió invadido, devorado y hasta violado por la lengua ajena. Steve podía ser un joven romántico y cariñoso la mayoría del tiempo, pero otras veces era demasiado intenso y caliente, y otras tantas salía a luz su lado celoso y posesivo que a Tony tanto le encantaba.

Steve saboreó y exploró toda la cavidad bucal de su novio. No tenía ninguna intención de soltarlo y separarse de él. Sintió al fresco olor de la loción de Tony embriagarlo, así como el olor natural de su castaño. Dios, quería hacerle el amor ahí mismo. Sin embargo, tuvo que soltar al castaño cuando éste dio leves palmadas en su espalda, indicándole que se estaba quedando sin aire.

—Se nos hace tarde —jadeó Tony cuando Steve se despegó de su boca—. Ya habrá tiempo para continuar con tus arranques de lujuria.

Steve rio por lo bajo. Se incorporó y ayudó a Tony a hacer lo mismo.

Mi Amanecer (Stony - Winterwidow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora