Lonesome Manor

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Después de seguir a Tony una vez dejaron el árbol donde éste había dormido, caminaron hasta llegar al final de Mean Street y tomar el último camino que les faltaba recorrer, el cual los llevaría directo a Bog Easy

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Después de seguir a Tony una vez dejaron el árbol donde éste había dormido, caminaron hasta llegar al final de Mean Street y tomar el último camino que les faltaba recorrer, el cual los llevaría directo a Bog Easy. El pueblo lúgubre y rodeado por una ciénega era su próximo destino, y esperaban que también fuera el último. Por lo menos, Peter esperaba eso. Quería salir del Páramo y regresar con su padre cuanto antes.

El rubio podía ver las caras de tristeza de sus amigos. Sabía que les afectaba el hecho de que, una vez él salga de ese mundo, era muy probable que no volverían a verlo. Y, aunque suene feo, Peter quería eso. El no volver a ver a sus amigos implicaba una cosa y sólo una: olvidar la culpa que tenía por devastar ese mundo... y sus vidas. Al menos, esperaba que así fuera. Que el tiempo se encargara de borrar esos recuerdos y sentimientos.

Sabía que era cruel, egoísta y demás adjetivos, todos horribles. Sus amigos confiaban en él; lo estaban ayudando a salir de ese infierno sin siquiera saber que él fue quien lo causó en primer lugar. Iba a abandonarlos a su suerte. Dejarlos en ese mundo devastado sin decirles que él fue quien arruinó sus vidas. Ya lo había decidido y no cambiaría de opinión. No aguantaría la decepción en los ojos de sus amigos si se los decía, si lo confesaba. No sabría qué hacer si se negaran a ayudarlo a volver, si decidieran obligarlo a quedarse en el Páramo como castigo por sus actos.

—¿Ocurre algo, Peter? —preguntó Sharon. Ella también había notado las caras largas que los cuatro amigos tenían, pero de todas ellas, la de Peter parecía ser la más larga de todas.

—No —contestó. Sonrió como agradecimiento—. Estoy bien.

La rubia frunció el ceño, sin estar del todo conforme con esa respuesta. Sabía que tanto Peter como Tony ocultaban algo, pero no quería preguntar al respecto.

—Sharon —la llamó Peter—. No pienses que me disgusta tu compañía, al contrario, me agradas, pero... ¿por qué nos ayudas?

—Bueno... resulta que Victor y yo hicimos algo que no debíamos. Algo de lo que me arrepiento ahora y cuyas consecuencias debo corregir, o tratar de hacerlo.

—¿Qué cosa?

Sharon dudó por un segundo.

—Pues, él y yo...

—Aquí estamos —anunció Tony, interrumpiendo la conversación—. Llegamos a Bog Easy.

Y así fue; el pueblo se observaba al otro lado de la ciénega. Como todos los demás, lucía apagado y sin vida, más lúgubre de lo que alguna vez fue. Y claro, como era de esperarse, la ciénega pasó de ser aguas pantanosas a Disolvente pantanoso.

Tuvieron que cruzar los puentes de madera con extrema precaución; estaban muy desgastados y llenos de moho. Cualquier movimiento en falso provocaría que cayeran al Disolvente, garantizándoles una muerte dolorosa.

Aunque costó un poco y varias veces estuvieron a punto de caer, lograron llegar a la entrada del poblado. Parecido a lo que sucedió en Ventureland, el poblado estaba infestado de los habitantes de Lonesome Manor. Lo único que difería era el hecho de que los invasores no eran piratas, sino practicantes de magia negra, vudú y demás cosas relacionadas con espíritus y brujería.

Mi Amanecer (Stony - Winterwidow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora