Capítulo 21

544 64 1
                                    

— ¿De qué estás hablando Adam?

— Lilly apareció, ella está aquí en la ciudad.

El castaño en medio de la investigación del derrumbe del centro comercial, pudo escuchar a la pelirrubia, encontrándose con que estaba abrazando a un hombre pelinegro y balbuceando algunas palabras que no entendía. Intentó acercarse, pero la ambulancia se había interpuesto en su camino.

Cuando nuevamente volvió a mirar hacia donde había visto a la pelirrubia y el otro chico, los dos ya no estaban, y sin querer había pronunciado su nombre y la pelirroja pudo escucharlo perfectamente, poniendo un cara de confusión. Así que ella le había preguntado y el castaño le tuvo que decir que la pelirrubia ya había aparecido.

— Como es posible eso. No hemos sabido nada de ella por cuatro años y viene aparecer de la nada — desvío su mirada hacia algún lugar de la habitación — ¿Y la bebé? ¿Ella lo tuvo? ¿Está bien las dos?

— Si, por suerte las dos se encuentran bien y saludables, así lo pude notar hoy. Pero hubo algo que me desconcertó — eso hizo que la pelirroja lo viera.

— ¿Por qué lo dices? ¿Hay algo raro en ella?

— Podría decirlo que si. Hoy fui a la residencia de la señora White y ella estaba ahí con su hija, pero ella no dejó que me acercara. La señora White me dijo que ella no estaba lista y que no se encontraba bien para más visitas. Intenté que me dijeran algo, pero justamente Cherry me llamó para decirme lo que pasó en el centro comercial.

— Eso demasiado raro — confundida, trato de buscar una respuesta a eso — Creo que aún no supera la muerte de Bunny.

— Es imposible, ya han pasado cuatro años Coral.

— Te recuerdo que Lilly no quería hablar con nadie después de lo que pasó en el bosque. Nisiquiera a su madre le hablaba. Ella se encontraba perdida en sus pensamientos y sin ninguna intención de querer recuperarse.

— Pero era un criminal Coral, por dios, no debió enamorarse de la persona que le secuestró.

— Adam, ya hablamos de esto. Ella no tuvo la culpa, es como si vieras sus sentimientos como un error. Tal y como lo ves como los míos — susurró lo último para si misma, pero el castaño había entendido perfectamente.

— Coral, no confundas.

— Solo lo decía. Me voy a bañarme y cambiarme está ropa para volver nuevamente a la organización.

La pelirroja no dijo nada más y desapareció del campo de visión del castaño y adentrándose a la habitación, en cambio, Adam solo suspiró de frustración. Se preguntaba si había sido egoísta con que la pelirroja no se fuera de su lado. Nisiquiera sabía que era lo que realmente sentía por la pelirroja, todo se había convertido en una confusión que lo colmaba en toda su cabeza.

— ¿Por qué toda esta situación me está dando dolor de cabeza?

Se sentó en el sofá con las manos en su cabeza e inclinándose hacia adelante. Su cabeza estaba en un gran lío de pensamientos y confusiones que le hacía doler de cabeza.

Alzó su mirada en busca de su portátil y estaba justamente en la mesa, así que se levantó para dirigirse a la mesa. Al llegar, abrió la portátil y la prendió. Esperó unos segundos hasta que se prendiera por completo y entró a la aplicación de las cámaras.

Quería saber que había pasado en el centro comercial minutos antes de la explosión. Lamentablemente alguien había cortado las grabaciones, porque solo salían en el momento exacto que el centro comercial explotó y poco a poco se fue derrumbando. Al instante se pudo ver gente amontonados en el lugar en querer ayudar a las personas que se encontraban adentro; minutos después llegaron los primeros vehículos de la policía y luego los rescatistas.

La debilidad de un psicópata²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora