Capítulo 45

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— ¡Mami!

Annie se levantó de aquel colchón con la intención de correr hacia su madre que aún estaba inconsciente, pero al instante cayó al frío suelo por las cadenas que tenía en su tobillo.

— ¡Callate maldita bastarda!

Paulet que venía a lado de su compañero y el cual traía a la pelirrubia en sus hombros, quería llegar hacia la niña con las grandes intenciones de golpearla, pero unas manos interrumpieron sus grandes deseos.

— ¡Oye, contrólate! ¡Es una niña! — gritó con enojo Cole.

— Necesitamos ponerle mano dura a esa niña... No sabes la gran irritación que tengo de escucharla llorar todo el maldito tiempo.

— Entonces vete de aquí y no sigas dando paseos por esta zona. Ya escuchaste ayer a la Jefa, así que es mejor que te comportes.

— Maldito — bufó y salió de la habitación.

El sujeto que venía trayendo a la pelirrubia, la bajó en el colchón que se encontraba al otro extremo de la habitación y le puso los grilletes en sus dos tobillos. Annie estaba sollozando por el gran susto que le hizo pasar esa mujer al querer golpearla y más al ver a su madre en esa situación.

Cole no me gustaba ver a la niña con ese semblante de miedo y tampoco la tembladera que tenía por lo mismo.

— Puedes hacer callar a esa niña...

— Vete entonces, yo me haré cargo — el sujeto asintió y salió de la habitación, dejándolo solo con la niña y la pelirrubia, que aún seguía inconsciente.

— Annie por favor, quiero que no llores — Intento acercarse a la niña, pero ella se alejó temerosa del hombre que tenía en frente suyo — Me había olvidado que no me tienes confianza y aún te doy miedo — suspiró — Mira, tu mami estará bien solo que esta inconsciente, pero cuando despierte se alegrará en verte ¿de acuerdo?

— ¿M-mami estará bien, si yo me porto bien?

— Si pequeña. Sabes que tío Terry no permitirá que nada malo les pase, por eso tienes que ser fuerte para que la tarea sea más fácil ¿entiendes? — hablaba con una voz bajita y dulce, para que la niña pudiera estar tranquila — Se que no me tienes confianza, lo entiendo perfectamente porque recién me conoces, pero soy buena persona aunque veas que estoy aquí con estas personas. Aunque me veas como un hombre de 30 años, en realidad tengo 16, casi por cumplir 17.

— P-puede venir mi tío, p-por favor...

— Te entiendo pequeña — le sonrió dulcemente — Tu tío ya mismo viene, creo que-

— ¡Aléjate de mi hija! — el grito de la pelirrubia hizo asustar tanto a la niña como a Cole.

— No, no, espera-

— ¡Aléjate ahora! ¡Annie, ven conmigo!

— N-no puedo mami — le indicó su tobillo.

— Malditos — siseó.

— Tienes que hacer silencio, Lilly — miró hacia la puerta — No intento hacerles daño a las dos, en realidad les estoy cuidando — Lilly miró confundida a Cole.

— Entonces aléjate de mi hija, ahora.

Cole levantó sus manos para decirle que todo es en paz y que no quería hacerle daño a la pequeña. Aunque le entendía su comportamiento agresivo porque estaba cerca de la niña y que era un miembro de la secta. Por el momento iba a dejarlo pasar porque no quería que se armara un escándalo allí y que pudiera perjudicar la vida de las dos. Salió de la habitación y cerró con llaves la puerta, dejando solas a las dos.

La debilidad de un psicópata²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora