Capítulo 47

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— Aunque yo iba hacer eso, pero tú te me adelantaste. Uhm, ¿qué haré contigo ahora?

El sujeto se encontraba gritando y removiéndose en el suelo sin éxitos de zafarse de las cuerdas que estaban atadas en sus tobillos y muñecas, con una cinta de embalaje en su boca y también en donde las cuerdas.

— Déjame acordarme bien — dijo pensativo — Supuestamente eres el Coronel Park, pero ya te descubrieron y por eso querías vengarte del FBI poniendo una bomba allí dentro — el tipo parecía enojado, porque tenía su rostro rojo y sus ojos oscuros de lo furioso que estaba.

Bunny estaba por hacer lo mismo que el sujeto frente suyo ya había estado haciendo hace algunos minutos atrás. Iba a poner una bomba no tan grande ni tan amenazante dentro de la organización, como un modo de darle una advertencia al Comandante García y que se de cuenta de que ya sabía su traición hacia él.

Sin embargo, cuando llegó a la parte superior de la organización, el tipo frente suyo estaba poniendo una bomba dentro de las instalaciones. Esperó pacientemente al tipo que hiciera su cometido, pues se había adelantado a algo que quería hacer, pero le agradecía por eso. Cuando el tipo acabó con todo, Bunny sin previo aviso le noqueó y él cayó al suelo inconsciente.

Vio por última vez la bomba, la cual iba a explotar en tres minutos, así que salió con el tipo inconsciente de las instalaciones antes de que explotará. Lo había metido dentro de una caja grande que había servido como una forma de entrar sin que nadie se diera cuenta, además que había entrado como un repartidor.

— Te voy a dar las gracias primeramente, porque me hiciste el gran favor de poner esa bomba allí y para que él estúpido del Comandante se diera cuenta que nadie podrá jugar sucio conmigo.

Bunny se acercó al tipo y tomó de su barbilla fuertemente para que lo mirará. Sacó de su bolsillo una navaja y la mostró, el tipo inmediatamente reaccionó aterrado al entender lo que estaba a punto de suceder.

— Esta navaja me trae muchos recuerdos ¿sabes? Esta era mi acompañante para matar a todas mis víctimas en el pasado; les cortaba el cuello, les enterraba en la profundo de sus entrañas, pasarlos por el contorno de su hermoso rostro para luego hacer una hermosa obra de arte con su cadáver. Y mira... — se alejó hasta llegar a una caja negra y sacó algo que lo hacía recordar mucho a su pasado — ... Mi espléndida obra de arte, mi máscara.

El sujeto abrió los ojos de la sorpresa al entender con quién estaba en esos momentos. Bunny se sacó la mascarilla luego el parche y por último la gorra, dejando al descubierto su rostro.

— ¿Se habían olvidado de mí? — preguntó burlesco — No lo creo, tu cara me lo dice todo.

Bunny acariciaba melancólico su máscara, la misma que el pasado había sido como parte suyo para que nadie supiera su identidad y más que todo su rostro, pero vaya que en ese entonces el Agente García había descubierto todo de él. Aún había unas pizcas de sangre seca y un poco sucia por el tiempo que había estado guardado en esa caja negra.

A través de la máscara, podía recordar las veces que salía a matar sin piedad a mujeres y hombres. Su vida antes de entrar en el cuerpo de Elians, había sido la misma, así que solo siguió su legado de matar a cuántas personas quisiera sin temor a ser descubierto ni atrapado por el FBI.

Rió como un maniático, pero manteniendo su cordura como lo había logrado durante esos cuatro años lejos de la sangre y su navaja. Vaya recuerdos que ahora solo quedaban así como un simple pasado que juró no volver, pero debía romper la promesa por salvarlas y vengarse de esas personas que las secuestraron.

No se iba a quedar con los brazos cruzados después de ver cómo fueron secuestradas de una forma cobarde y sin escrúpulos. Su venganza quedaría hecha y pagada, no permitirá que la secta vuelva a gobernar en su vida ni en las de ellas.

La debilidad de un psicópata²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora