Capítulo 10

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— Comandante Adam.

El castaño se adentró a su oficina, seguido de la oficial Cherry y de la oficial Rachel. Los demás oficiales se quedaron en el umbral de la puerta con suma cautela.

— ¿Qué carajos pasó aquí Cherry?

— No lo sabemos comandante. Las cosas pasaron muy rápido, uno de los oficiales nos informo que había algo inusual en la base de información confidencial, por los he rápidamente hicimos seguimiento llegando hasta esta zona, pero tal fue nuestra sorpresa que alguien estaba saqueando la información.

El castaño desesperado y con frustración tomó en sus manos la tablet.

— Ahí fue el justo momento que la persona salió despavorida de la organización. Fue muy hábil y derribo algunos de nuestros oficiales y agentes que estaban por agarrar al sujeto.

— Esto no puede estar pasando — siseó ya enojado.

La persona que mostraba las cámaras no se podía visualizar bien su aspecto y nisiquiera saber si era una mujer o un hombre, aunque algo provocó que frunciera el ceño y era la capucha negra, la misma que el día anterior había visto en las cámaras de la ciudad.

Sacó rápidamente el teléfono celular y marcó el número de la pelirroja. Esperó algunos segundos hasta que Coral contestó.

¿Adam?

El mismo Coral.

¿Pasó algo?

Si y quiero que en estos momentos actives tu cámara.

La pelirroja acató la orden.

Ahora si, dime qué pasó en la organización, Adam.

Luego te explico todo, pero quiero que identifiques a la persona que viste ayer.

Adam hizo que la pelirroja pudiera ver la pantalla de la tablet, pausando en el momento justo que la persona se lo podía notar al frente de la cámara.

— Ayer dijiste que viste a una persona un poco rara en el parque, quiero saber ¿si la vestimenta de ese tipo se asemejaba mucho a la de esta persona?

¡Si, es la misma Adam!

Luego te llamo.

Ad-

Cortó.

— ¿Por qué no le quiso decir a la Agente Coral lo que está pasando?

— Ella está enferma a causa del esfuerzo que está haciendo dentro de la organización. Si le digo lo que está pasando ahora, estoy seguro que ella vendrá y no descansará tal y como le dijo el doctor.

— Uhm, entiendo.

El castaño se dirigió hasta su escritorio.

— Por cierto Rachel, llama a los guardias de seguridad a cargo de la vigilancia de todas las áreas de la organización ¡ahora!

— Si comandante.

Pasaron algunos minutos hasta que algunos guardias de seguridad aparecieron en la oficina del castaño.

— Tienen algo que decir.

— Comandante García.

— ¡Díganme, tienen algo que decir de este grave error!

— Comandante — musitó la oficial Cherry con la intención de calmarlo, pero el golpe de su puño en el escritorio ocasionó que retrocediera.

— Quiero respuestas y no excusas ¡Ahora!

La debilidad de un psicópata²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora