Capítulo 34

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— Terry, ¿Qué haces aquí? — preguntó Bianca.

— Lo siento por llegar a estas horas de la noche a molestarla tía Bianca, pero quería ver a Lilly. Aunque no entiendo que hacen estos oficiales aquí.

Bianca vio por encima del hombro de Terry a los oficiales que los estaba observando.

— Entra y hablaremos con más calma — le susurró.

Terry muy confundido solo asintió y se adentró a la residencia. Bianca que estaba de espalda, se giró y solo tomó una bocanada de aire antes de hablar.

— Lilly no está aquí, Terry, ella se fue...

Terry la miró a Bianca de una manera triste, pensando que ella se fue sin despedirse de él y que haya roto la promesa que le hizo.

— Se fue sin despedirse — susurró triste y bajó la cabeza.

— No, no, ella solo se fue de aquí por lo que viste afuera — Terry levantó la cabeza y la miró confundido.

— ¿Por los oficiales? ¿Qué hizo Lilly?

— Ella no hizo nada, solo que al saberse la verdad de que Bunny está vivo y que cualquier persona pueda enterarse de que Lilly está nuevamente en la ciudad, puede provocarse un caos completo. Mi hija y mi nieta estarían en peligro, y esas personas que quieren a Bunny pueden hacer algo en contra de ellas.

Terry pudo sentir la preocupación escalar por todo su cuerpo. Si tan solo supiera ella que él formaba parte de esa estupidez de secta, y que obviamente estaban detrás de Lilly y que el plan era el mismo que Bianca temía que pasará, aunque ella no lo supiera.

Se sentía mal por ocultar algo tan grande y que eso pudiera afectar a las dos personas que aún le quedaba con vida y que son importante para él. Todo ese tiempo ocultando ese terrible secreto y que por azares del destino, Lilly estaba involucrada en todo eso.

Él deseaba que Lilly no hubiera sido víctima de Bunny y sería más fácil seguir con su trabajo sin que el remordimiento le carcome todos los días. Si alguien describiera lo que sentía en esos momentos, sería un momento se desahogarse de la mala persona que se ha convertido desde el primer momento que aceptó ser parte de la secta.

Sin embargo, agradecía que por el momento Lilly no estuviera en casa y que mejor no se aparezca allí porque sería difícil hacer su trabajo, aunque no quisiera hacerlo, pero era mejor que él estuviera cerca de Lilly y que tuviera la idea de ser él quien haga el trabajo, que de otra persona lo hiciera y tuviera muchos más problemas al ver a su amiga en las redes del infierno.

— Puedes decirme a dónde fue...

— No se a donde fue Terry, no me lo pudo decir. Tuvo que salir con la niña apresuradamente para que ellos no la encontraran aquí. Ella tiene un gran resentimiento con ellos por lo que pasó con Bunny.

— Lo recuerdo perfectamente. Pero debo encontrarla, yo deseo protegerlas, debo hacerlo para que ella no le pase lo mismo que hace cuatro años. Y poder protegerlas de esas personas.

Bianca le sonrió eternecidad por el gran gesto de Terry en querer proteger a Lilly y Annie. Pero si tan solo supiera que había alguien más grande cerca de ellas, la misma persona que está siendo perseguido nuevamente por el FBI y la misma persona que ocasionó tantos estragos años atrás.

No quería ocultarle aquello, pero no tenía otro opción. En esos momentos no podía confiar en nadie porque pondría en peligro a su hija y a su nieta. Solo Lilly puede ser quien le diga la verdad a Terry y de lo que ha ocultado todo ese tiempo.

— Eres tan buen amigo Terry, Lilly estaría agradecida contigo si las protege. Pero esperemos que Lilly regrese, aunque va a ser difícil por esos oficiales.

La debilidad de un psicópata²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora