Capítulo 43

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De seguro ha de estar dormida, es el mejor momento para secuestrarla.

¿Te aseguraste que ese idiota haya salido del departamento?

— Ya te dije que si, por eso les llame. Sin embargo, tenemos que esperar veinte minutos porque en esta zona está transcurriendo muchos oficiales del FBI.

— Eso es estúpido...

— No lo es. Hasta donde tengo entendido, estos oficiales se encuentran vigilando la casa de la señora White por el tema de Bunny.

— Pero ni siquiera se dan cuenta que Bunny y esa chica están tan solo a unas cuadras volteando la zona. Ahora sí puedo ver lo inútiles que son...

— Estoy segura que la madre sabe de todo esto. Pero nadie puede ver esta zona, porque recién se les dieron la brillante idea de poner cámaras.

— Eso es bueno para nosotros ¿no lo crees Paulet?

— Por supuesto que sí.

— Por cierto, ¿dónde está Terry? La jefa dijo que estuviéramos los cuatro junto con Gree.

— Gree aún no asimila el dolor de haber sido comparado con su hermano, déjalo en paz — bufó burlesca — En cuanto Terry, no lo sé, pero últimamente está actuando raro.

— Pensé que era el único...

— ¿Tú también?

— Si. Te puedo asegurar que nosotros somos más rápido en encontrar a las bastardas que él. Le dieron la tarea de dar con la casa de la señora White y después dar información sobre la bastarda primera y nada...

— Eso me parece extraño — miró fijamente hacia el edificio — Después de hacer esto, debemos perseguir a Terry. Algo esconde y es mejor enterarse antes de que pueda hacer una locura.

El tipo asintió. Los dos se quedaron en aquel árbol que se encontraba al frente del edificio, esperando a que pasaron algunos minutos o más o menos una hora para que los oficiales que se encontraba rondando esa zona pudiera dejarles hacer el trabajo.

Exactamente dos horas tuvieron que esperar para que eso sucediera. Ya era casi la media noche, así que no había ninguna alma pasando por la zona. Paulet era la primera en cruzar la calle, seguida del sujeto que la estaba acompañando y se adentraron al edificio. Para suerte de ellos, el guardia se había quedado dormido. Paulet le hizo una seña de silencio a su cómplice y se dirigieron hasta el ascensor del edificio.

— Ese era otro guardia, ¿acaso lo dejamos mal herido al otro?

— Eso parece — rió — Pero que patético, ese guardia solo sirve para dar pena, ni siquiera hace su trabajo bien.

Los siguieron su camino cuando salieron del ascensor. Buscaron con la mirada el número del departamento de Bunny y al fin pudieron conseguirlo. El sujeto movió la perilla de la puerta, pero ésta estaba cerrada.

— ¿Tienes algo para abrirla?

El sujeto sacó una llave de su bolsillo.

— Las robé la vez que venimos a secuestrar a la bastarda menor.

— Me agradas...

El sujeto abrió la puerta.

— No harás tanto ruido — susurró Paulet mientras prendía la luz y los dos visualizaron todo su alrededor.

— Nada mal para ser un departamento de un criminal-psicópata ¿no lo crees?

— Haz silencio... Mejor, manda un mensaje a Forst para que se desvía por acá.

La debilidad de un psicópata²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora