CAPITULO 12

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Salía del cuarto de baño lista para seguir disfrutando de la hermosa mujer que el cielo le había enviado en esa fría noche, enfocaba la cama con las sábanas hechas un desorden sin localizar a la omega.

-¿Hermosa?- susurraba por lo bajo –¿Dónde estás?- la buscaba por toda la habitación sin encontrarla, lo único que quedaba de ella era su dulce aroma omega. Se sentaba al borde de la cama sin poder creer que la abandonaran de esa forma tan cruel, si bien ella estaba acostumbrada a hacer lo mismo con sus compañeras sexuales nunca pensó que se sentiría tan desgarrador -No puede abandonarme así- decía colocándose el sostén y las bragas para después buscar su vestido, salía de la habitación escuchando la música horrible del lugar. Llegaba a la zona vip del bar intentando reconocer el vestido negro que la enloqueció desde el primer momento -Vamos...- decía apoyándose en el balcón y tratando de encontrar a su omega en medio de la pista de baile, pero no había señales de ella por ningún lado, apartaba a todo aquel que se cruzara en su camina y salía por la puerta principal.

-¿Se encuentra bien?- preguntaba uno de los guardias.

-Si- respondía alejándose y caminando al estacionamiento pensando que tal vez podría haber salido a tomar un poco de aire fresco, observaba a todos lados y se detenía de golpe al percibir sus feromonas en el aire, ese suave aroma lograba activar todo su cuerpo, se sacaba los altos zapatos y corría por el estacionamiento en busca de su omega. Apretaba sus puños sin poder sentir el aroma -Maldita sea...- musitaba intentando controlar su agitada respiración, aún podía sentir su sabor, escuchar su voz, sus gemidos, verla sonrojada y nerviosa fue lo que termino de hechizarla. ¿Por qué huyó? Se preguntaba a medida caminaba hacia el club ¿Qué hice mal? ¿Acaso no le gusto?-

-¡Aquí estabas!- se sobresaltaba al escuchar la voz de su amiga -Mira lo que tengo para nosotras, te presento a Gwen y Steph, son extranjeras al igual que tú y...-

-Ahora no Irina- respondía sin ánimos -Con permiso-

-¡Vamos Geo, no seas aguafiestas!- gritaba -Señoritas creo que tendrán que compartirme- se alejaba ignorando todo a su alrededor hasta llegar a la habitación del fondo.

-¡Maldita sea!- gritaba golpeando una mesa y pasándose ambas manos por el rostro, estaba molesta, pero más que molesta se sentía indignada y traicionada. Se dejaba caer de espaldas sobre la cama, y el sentir el aroma omega en las sábanas le decía que no fue un sueño, que de verdad conoció y le hizo el amor a la mujer más perfecta de todas, se giraba y se incorporaba de golpe al ver el pequeño arete, suspiraba profundamente al recordar lo bonitos que lucían en su omega -Me dejaste algo tuyo...- musitaba tomándolo con delicadeza para después dejarse caer de nuevo sobre la cama.

°°°

Ingresaba el código de seguridad y escuchaba como se abría el enorme portón, caminaba sin ánimos y se detenía al ver una silueta en el área de la piscina, se acercaba a paso lento y sonreía al ver a su amiga sentada en una de las sillas.

-Veo que mi regalo te gusto después de todo- decía llamando la atención de los ojos azules y viendo que estaba por encender un cigarro-¿No puedes dormir?-

-No- respondía Arielle -Había olvidado lo mucho que me relaja hacer esto ¿Quieres uno?- asentía tomando el cigarro y sentándose a su lado -¿Dónde está Irina?-

-Se quedo en el club- respondía dejando escapar el humo por sus labios.

-¿Qué te sucede?- cuestionaba Arielle enfocándola fijamente -¿Por qué no te quedaste con Irina? ¿No eras tú la que tendría la noche más loca de todas?- bromeaba.

-Tuve una linda noche- musitaba recordando los ojos claros de su omega -Una perfecta noche-

-Ya veo-

-¿Y tú? ¿Por qué no estás dormida?-

Volveré Junto A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora