CAPITULO 29

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Suspiraba un poco adolorida a medida avanzaba por el pasillo del hospital, su papá trataba de cubrir sus piernas con la manta de felpa mientras su padre la empujaba la silla de ruedas.

-Pronto llegaremos a la habitación, mi amor- escuchaba -Y podrás descansar un poco-

-Un momento, por favor- se detenían al escuchar la voz masculina -Buenos días- saludaba -Mi nombre es Ulises Dante, soy el doctor encargado de llevar su caso- saludaba y estrechaba la mano con todos -Es un gusto conocerla Paula-

-Igualmente doctor- respondía.

-Hemos recibido órdenes de la directora del hospital de ubicarla en una habitación diferente- escuchaba -Vengan conmigo por favor- pedía a medida regresaban al elevador -Será la primera en usar el piso VIP, tienen las mejores habitaciones y son las más cómodas para los pacientes-

-Eso suena fantástico ¿No lo crees? ¿Princesa?- preguntaba su papá.

-Y no deben preocuparse, dos enfermeras estarán al cuidado de usted las 24 horas del día por si necesita algo- mordía su labio inferior y acariciaba su estómago pensando en que tal vez la directora ya estaba al tanto de su verdadera identidad-Llegamos, adelante por favor-

-Wow... Esto parece una habitación de hotel- susurraba su padre -Mira mi amor, tendrás televisión y aire acondicionado, también una vista de toda la ciudad-

-Querido, acomódala en la cama- pedía su papá -Tranquila mi amor-

-Si papá- respondía con un hilo de voz mientras se aferraba al cuello de su padre y sentía como la depositaban con cuidado sobre la suave cama -La camilla es más cómoda que las normales-

-Si- decía el doctor -Esperaremos a recibir los resultados de los nuevos análisis y después de eso vamos a comenzar con un tratamiento suave, pero que le ayudará a mantenerse estable-

-Muchas gracias- decían al unisonó.

-Bueno ya que la he dejado acomodada, los dejaré solos y volveré en un par de horas- se despedían del doctor y veía como su papá sacaba sus cosas del bolso.

-¿Quieres que te ponga el pañuelo blanco o el rosa?-

-El negro si es posible- pedía con voz cansada -Me veo muy mal ¿cierto?-

-No mi amor, luces como padre- trataba de bromear su papá.

-Querido, nuestra hija se ve mucho más hermosa- sentía el beso en su cabeza -Pronto crecerá tu cabello de nuevo mi amor-

-Si- respondía colocándose el pañuelo de seda -No quiero que salgan muy tarde... Les espera un viaje de diez horas-

-Ya casi nos iremos mi amor, solo queremos dejarte instalada y cómoda- escuchaba -Vendré el lunes a primera hora- decía su papá -Traeré tus pijamas favoritas y algunos de tus libros-

-Yo vendré hasta el próximo fin de semana amor, tengo que cuidar el negocio y el señor Tito llegará por su juego de cucharas de plata- sonreía acariciando la abundante barba de su padre.

-Siempre me relajo hacer esto- susurraba.

-Desde que eras una bebita- musitaba su padre -Solías quedarte dormida en mi pecho acariciando mi barba, claro que antes era más oscura y no tenía tantas canas-

-Pero sigues igual de guapo- agregaba su papá sentándose a su lado -Mi vida... ¿Estás segura de quedarte aquí?-

-Si papá- respondía -Ya escucharon a Fabri, este es el mejor lugar de todo el país... Mi bebita estará monitoreada y vigilada de cerca-

-Pienso que lo del acuerdo fue un poco excesivo...- agregaba su padre -No me vean así, sé que ya tuvimos esta discusión antes... Pero- lo veía encogerse de hombros -Una situación muy incómoda para todos ¿no lo crees?-

Volveré Junto A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora