CAPITULO 33

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Terminaba de colocarse los zapatos y el abrigo para después acercarse al mostrador donde le entregaban el resto de sus pertenencias, entre ellas la pulsera de hilos rojos con la pequeña "S" colgando. Suspiraba con pesadez y era escoltada por una guardia hasta la salida.

-Adiós, guapa lástima que no llegáramos a conocernos mejor-

-Vete a la mierda- decía con molestia y enfocaba al monumento de mujer apoyada sobre el coche rojo. Muchas veces se reprochaba ser una alfa y no omega, porque no podía disfrutar de esos manjares que el mismo cielo ponía frente a ella.

-Verónica- saludaba sacándose las gafas -¿Cómo estás? Te he traído un café-

-Gracias, Georgina- decía.

-Sube, te llevaré a casa- ordenaba abriendo la puerta y la veía llevarse el celular a la oreja y caminar frente al coche. Se encogía de hombros orgullosa porque finalmente Christina se comía algo de buena calidad, aunque no dudaba que fuer al revés.

-Gracias por sacarme- decía colocándose el cinturón.

-No fue nada, tus madres esperan por ti- escuchaba.

-¿Qué paso con Lily?-

-No está en la ciudad- respondía encendiendo el coche y avanzando por el estacionamiento.

-Detente- pedía con un hilo de voz al reconocer la figura femenina -Déjame aquí-

-¿Qué sucede?- preguntaba confundida -Verónica-

-Te agradezco mucho todo lo que has hecho por mi familia y por mí, pero debo irme- respondía zafándose el cinturón y abriendo la puerta de un tirón -Me comunicaré con mis madres ahora mismo-

-Como quieras- escuchaba y corría hasta llegar a la acera.

-Sarah- decía intentando recuperar el aliento.

-¡Vero!- gritaba y tenía que cerrar los ojos con molestia al sentir como se lanzaba sobre ella -Mi amor... Estaba desesperada por saber de ti... Quería verte y estuve a punto de llamar a mi abogado, pero Laura dijo que esperáramos- escuchaba -Verónica ¿Que haces?- notaba el sonrojo en el rostro de Sarah a medida revisaba sus horribles ropas hasta encontrar la llave de su auto.

-Vamos- ordenaba tirando de ella -Sube-

-¿Quieres que conduzca?- preguntaba nerviosa.

-No- respondía y aceleraba hasta salir del lugar -No traje mis tarjetas de crédito ¿Podemos ir a un hotel?-

-Si mi amor, haremos lo que tú quieras- escuchaba y sentía como se abrazaba a su brazo y besaban su mejilla con desesperación -Te extrañe tanto... Laura me contó lo sucedido y me preocupe mucho, pero también... Imaginar como defendías a tu hermanita menor me hizo sentir muy orgullosa de ti-

-¿Orgullosa?- cuestionaba con seriedad ya que no era algo que solía escuchar muy seguido.

-Si... Porque eso me dice lo noble que eres- apretaba el volante al sentir el aliento golpear su oreja -¿Quieres que te ayude a relajarte cuando lleguemos al hotel? No sé, creo que he aprendido a conocer y a cumplir todos tus deseos ¿no crees, esposa mía?- tragaba grueso sin entender porque su cuerpo reaccionaba al toque tan torpe de Sarah, sacudía su cabeza y pensaba que la falta de sexo y salidas a bares omega la tenía en ese estado. Y que esa omega era la única que podía calmarla en esos momentos porque estaba siempre dispuesta a hacer de todo -Estás sonrojada...-

-No- decía acelerando hasta llegar al hotel. Se duchaba y abandonaba el cuarto de baño para enfocar el cuerpo desnudo de su mujer sobre la cama -Sarah-

Volveré Junto A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora