Revisaba la hora y comenzaba a desesperarse porque Laura no aparecía por ningún lado, se abrigaba lo mejor que podía porque el frío era cada vez más insoportable. Reconocía el auto de su mejor amiga y se apresuraba a subir al asiento del pasajero.
-Perdona la tardanza, el tráfico esta horrible-
-Cállate- ordenaba colocando sus manos en la calefacción del coche -Estoy comenzando a arrepentirme, Laura- confesaba.
-Ya es muy tarde- escuchaba -Sarah nos está esperando y tenemos suerte porque su criada no estará-
-No sé en qué estaba pensando cuando accedí a esto... Laura, si Sarah le dice algo de esto a cualquier persona, estaremos acabadas. ¿Si sabes que nos pueden acusar de estafa, cierto?-
-No lo hará, le dije que deseabas mantener el secreto porque tus madres piensan casarte con alguien más-
-¿Y te creyó?- cuestionaba.
-Claro, ambas sabemos que Sarita ha estado enamorada de ti desde que tiene memoria- decía Laura -Prometió guardar el secreto y más vale que uses tus técnicas para conquistarla ¿entendido?-
-Si...- respondía derrotada -¿Recuérdame porque tengo que ser yo la que tiene que casarse con esa mujer?- preguntaba con molestia.
-Porque eres la más guapa- asentía -Y porque Sarah VanDyke solo tiene ojos para ti y nadie más, está dispuesta a ayudarte. Le comenté que le debías dinero a los familiares de tu prometida falsa y como no puedes pagarles te tocará casarte con ella-
-¿Te he dicho que eres la hija de puta más grande que conozco?-
-Si- escuchaba -Solo actúa encantadora ¿No te has inyectado nada, cierto?-
-No-
-Bueno, le pedía Sarah que tampoco lo hiciera, después de todo es una omega y tu una alfa, así que espero disfrutes la velada, amiga mía- decía Laura estacionándose frente a una de las casas más grandes y lujosas de la ciudad, para su mala suerte era la que quedaba frente a la mansión Betancourt -Ve-
-¿Y tú?- preguntaba nerviosa -¿No te bajaras?-
-No- podía ver la estúpida sonrisa formarse en su rostro -Recuerda que debo cuidar a Mark, vendré por ti en dos horas-
-Te odio Laura... Te odio- decía bajándose del coche, se giraba para enfocar la hermosa mansión y pensar que un día podía ser la dueña y señora de esa casa le daba el valor suficiente para llamar a la puerta.
-Aaho...Ahora voy- escuchaba la horrible voz.
-Dios santo... Dame fuerzas- rogaba para sus adentros al ver como abrían la puerta.
-Ver...Verónica... Estás aquí- abría los ojos sin creer lo que tenía enfrente, ni su tataratara abuela se atrevió a usar vestidos tan horribles como ese ¿Quién en su maldito sano juicio usaría hombreras con plumas fucsia? -Pa...pasa por favor- pedía con torpeza.
-Buenas noches, Sarah- saludaba con seriedad pensando en que tal vez la casa no era suficiente para sacrificarse tanto, pero basto poner un pie en el interior de la mansión para retractarse de sus pensamientos -Wow... Es la primera vez que estoy aquí ¿Eso es oro?- preguntaba con un hilo de voz al ver una enorme estatua.
-Si- escuchaba -¿Te...te gusta?-
-Muchísimo- respondía acercándose a la estatua, cerraba los ojos pensando que ese sería el momento adecuado -Es igual de linda que tu- mentía descaradamente porque hasta los ciegos sabían que Sarah era todo menos bonita.
-Vero... No digas esas cosas- escuchaba -Me da vergüenza, tú eres muy guapa, tus ojos verdes, tu cabello... Eres perfecta- susurraba -Laura vino esta tarde y me conto tu situación-
ESTÁS LEYENDO
Volveré Junto A Ti
RomanceCuando dos personas están destinadas a estar juntas, siempre encontraran la manera de volver a encontrarse.