Salía de la ducha y se detenía un momento para enfocar su cuerpo desnudo frente al espejo, se llevaba ambas manos al estómago notando como comenzaba a aumentar de tamaño.
-Hola bebé...- saludaba con un hilo de voz -Perdón por mi malhumor estos últimos días, tú eres ese rayito de sol y felicidad que me motiva a levantarme todos los días- musitaba con lágrimas en los ojos -Y no sabes lo mucho que imagino lo lindo o linda que serás, sueño con tus ojos, besar tus manitas... Ya quiero conocerte-
-Niña-
-¿Si?- preguntaba envolviéndose en la bata de baño -¿Qué sucede?-
-Está aquí...- decía Martina con voz nerviosa -Esa mujer está aquí-
-¿Ve...Verónica?-
-Le llamaré a uno de los chicos para que la escolten a la salida-
-No- pedía -Dile que bajaré en un momento, puedes hacerla pasar a la sala de estar- susurraba y se sentía la más estúpida de todas por la absurda emoción que la invadía al saber que Verónica estaba en su casa. Se vestía con ropa de su hermana porque era con la que más cómoda se sentía y peinaba su cabello húmedo para después colocarse los lentes antes de salir de su habitación. Se detenía antes de entrar a la sala de estar para enfocar a Verónica quien caminaba de un lado a otro con el semblante serio y pensativo, le pedía al cielo y a los santos que le dieran las fuerzas necesarias para encararla, no supo si era por el bebé que cargaba en su vientre o por ver lo diferente que lucía esa alfa que sentía como algo en su interior cambiaba o talvez Dios acababa de responderle la plegaria -¿Qué haces aquí?- preguntaba con seriedad –¿Vienes a pedir dinero? Porque está claro que es para lo único que te sirvo-
-Sarah...- tragaba grueso y debía apoyarse en la puerta porque la voz de Verónica seguía teniendo efecto sobre ella -¿Cómo estás? Veo que acabas de ducharte- preguntaba a medida se acercaba a ella -Me estoy quedando en casa de mi cuñada, vive justo en frente y pensé que sería buena idea venir a verte-
-¿Por qué? ¿Para qué?- cuestionaba.
-Para disculparme, ven... Sentémonos- si la voz de Verónica lograba despertar cada parte de su ser, su toque y su aroma estaba a punto de quebrarla -Supe que estuviste en Ciudad Arce y créeme que tuve muchas intenciones de ir a verte, pero... Me imagino que estás al tanto del incidente que se dio con Shannon y...-
-Estoy cansada- interrumpía -Y si te soy honesta... No quiero escucharte... Cuando te veo solo recuerdo lo estúpida y ciega que fui ¿Cómo pudiste hacerme eso, Verónica? ¿Qué te hice? ¡Yo ni siquiera te busque!- gritaba con dolor y derribándose junto a ella -¡Yo nunca pedí esto! ¡Fuiste tú!- gritaba golpeando sus hombros -No me toques-
-Sarah, por favor tranquilízate- pedía nerviosa -Sé que en estos momentos soy lo peor y...-
-Verónica -decía apartándose de ella -Me entregué a ti como nunca lo hice con nadie... Creí en tus palabras, te seguí e hice todo lo que me pedías... Te di todo de mi... ¡Todo!- gritaba -¡¿Crees que el dinero me importa?! ¡Te daría toda mi fortuna a cambio de recuperar mi dignidad! ¡Mis ilusiones!- decía sollozando -Te odio Verónica... Te aborrezco, jamás pensé conocer a alguien tan maldita como tú ¡Porque eso es lo que eres! ¡Una maldita!- no podía, tampoco deseaba contenerse, sentía el dolor de su pecho disminuir un poco al gritar todo lo su sufrimiento -¡Eres el ser más patético e inhumano que he conocido! ¡¿Y sabes que es lo peor?!-
-Sarah, mi amor... Escúchame entiendo que te sientas de esa forma, me equivoque-
-¡No!- decía retrocediendo -¡No te equivocaste! ¡Tú y Laura planearon todo para utilizarme de la forma más humillante! Verte frente a mi... Me hace sentir tan miserable...- sollozaba -Lo peor de todo... Es que mi bebé no tiene ni tendrá la culpa de la hija de puta de madre que escogí para el-
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Volveré Junto A Ti
RomanceCuando dos personas están destinadas a estar juntas, siempre encontraran la manera de volver a encontrarse.