CAPITULO 15

293 28 85
                                    


Abría los ojos lentamente al sentir el camino de besos que depositaban en su espalda, enfocaba el reloj de la mesa de noche notando que solo habían pasado veinte minutos desde la última vez, sonreía al escuchar la suave risa y sentía como se acomodaban en su espalda.

-Hola- escuchaba y sentía como besaba su oreja con suavidad -¿Ya descansaste?-

-Emma- susurraba -¿Pudiste descansar un poco?-

-No- respondía su novia y se giraba lentamente sintiendo como se acomodaba sobre su pecho descubierto -No puedo dormir... No tengo sueño... ¿Estás muy cansada?- preguntaba con ternura -Porque yo puedo seguir-

-Lo sé- respondía acariciando el rostro pecoso -¿Sabes cuantas horas llevamos?- cuestionaba apartando los mechones despeinados del rostro pecoso.

-Casi trece horas...- escuchaba -¿Estás cansada?-

-De ti, jamás- decía tomando su rostro para besarla, bastaba sentir la lengua traviesa de Emma jugar sobre sus labios para que todo el agotamiento desapareciera, sentía como se separaba de ella y atacaba sus pechos son suaves besos.

-Quédate acostada un momento, sigue descansando- pedía Emma mientras bajaba besando su abdomen -Quiero hacer algo que... No he hecho aún- susurraba con voz seductora -¿Puedo?- asentía sintiendo como apartaba la sabana de sus piernas -Me dices si lo hago bien o si te gusta... O si quieres que me detenga ¿está bien?-

-Si- respondía apoyándose sobre sus codos al ver a Emma acomodar su rostro en sus piernas, sentía el suave y atrapante aroma a durazno que le decía que su novia estaba más que desesperada por iniciar, ahogaba un gemido al sentir sus labios rozar su intimidad con suavidad, los ojos verdes se posaban en ella un momento y veía la sonrisa traviesa formarse en el rostro pecoso a medida su miembro comenzaba a crecer -¿Te gusta?- preguntaba apartando los mechones del rostro -No tienes que hacerlo si no quieres-

-Tu me lo has hecho ocho veces... ¿No crees que es justo y necesario que lo haga una vez?- estaba a punto de responder cuando sentía los labios en esa parte tan sensible para ella, apretaba las sabanas y echaba su cabeza hacia atrás sintiendo la lengua de Emma disfrutando cada parte de su ser, no quedaba ni la sombra de lo que su señorita Hamilton fue, se daba cuenta acababa de crear a una diosa del sexo la cual era solo suya.

-Emma- decía gimiendo por lo bajo al verla mover su cabeza, sus ojos verdes tomaban otro tono y sus feromonas estaban cada vez más descontroladas, sentía las manos de Emma acariciar sus piernas y su cintura provocando que todo su cuerpo disfrutara de sus caricias.

-Ya no aguanto- escuchaba sintiendo como se separaba de ella y se acomodaba rápidamente en sus piernas -Me gusta más aquí- arqueaba la espalda al sentir el cálido interior de la intimidad de Emma.

-A mi me encanta donde sea- respondía sentándose para sujetar la cintura de su novia, sentía sus manos recorrer sus hombros mientras sus labios se rozaban suavemente -Muévete- ordenaba sobre su cuello disfrutando del delicado roce de sus cuerpos. 

-Me gusta mucho...- susurraba Emma sobre su oído moviendo sus caderas lentamente sobre ella -Sentirte así... Me gusta mucho- sentía el beso en su oreja y al parecer su novia acababa de descubrir su nueva debilidad -¿Y a ti?- preguntaba con voz ronca -¡Arielle!- gritaba después de que la embistiera una vez y luego otra -Acuéstame... No puedo seguir así-

-Si- respondía empujándola suavemente para continuar con lo que habían iniciado -Me encantas Emma, me vuelves loca- susurraba entrelazando sus manos y colocándolas sobre la almohada mientras se adentraba cada vez más en ella, sonreía de placer escuchando los suaves gemidos y suspiros.

Volveré Junto A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora