CAPITULO 28

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Se movía un poco sintiendo como el malestar era menos que el de hace un par de horas, enfocaba la hora en su móvil ignorando las 30 llamadas perdidas que tenía, escondía su rostro en la almohada sin poder creer que el marcaje alfa le afectaría tanto.

-Despertaste...- escuchaba a lo lejos -Amor...-

-Christina- susurraba -¿Qué haces de pie? Hace tres horas estábamos con fiebre- decía sin fuerzas.

-Mis síntomas han mejorado- sentía la caricia sobre su espalda -Pero veo que los tuyos aún no, te he preparado un poco de sopa-

-No quiero- decía cubriéndose con el edredón -¿Podrías apagar el aire acondicionado?- pedía.

-Mi vida... No esta encendido- escuchaba -Tienes que comer algo antes de beberte la pastilla-

-No quiero nada- respondía -Solo quiero dormir...-

-¿Y si te digo que Mark es menos berrinchudo que tú?- se descubría el rostro para enfocar a Christina con seriedad -No me veas así, siéntate y te daré un poco de sopa-

-No entiendo cómo puedes estar como si nada y yo estoy muriendo como la mierda-

-Georgina, esa boca- regañaba Christina -Vamos amor, siéntate- pedía con voz dulce -Verás como mejorará-

-¿De verdad te sientes bien?- cuestionaba enfocando el cuello de su mujer -Esa mordida se ve horrible...Creo que pude hacerla más bonita-

-Veo que tu humor no cambia- sonreía al ver el rostro de Christina -Siéntate-

-¿Ya no te duele?- preguntaba obedeciendo -¿Ya no sientes nada?-

-Lo único que siento- susurraba su mujer acercándole la cuchara a los labios -Es que soy tuya y eso me hace sentir muy bien-

-No volverás a tener otro episodio de esos...- decía probando la sopa.

-Ya no, ahora tú serás la única dueña de mis celos- escuchaba y se sonrojaba de golpe -¿Que tal esta la sopa?-

-Nunca fui amante de las sopas- confesaba enfocando su cuello -¿De verdad no te duele?-

-De verdad- escuchaba -Abre- pedía con ternura -Tu malestar se calmará después de beberte las pastillas, las Betancourt están en la ciudad así que podemos ir a ver a Arielle para que...-

-¿Arielle está aquí?- cuestionaba -¿Cuándo llego?-

-El domingo- respondía su mujer acercándole la cuchara -Mi amor, hoy es martes-

-¡¿Martes?!- gritaba -¿Cuándo he dormido?-

-Casi dos días completos- escuchaba -Tu mamá llamo y le dije que no te sentías bien y luego tu madre también llamo, dijo que descansaras esta semana y que las visitáramos el fin de semana-

-Tampoco quiero eso- decía acostándose de nuevo para cubrirse con el edredón -Solo quiero dormir-

-Mi amor...-susurraba Christina -Te dejaré dormir y vendré a verte en una hora ¿está bien?-

-Si- respondía sintiendo el malestar recorrerle hasta el alma, jamás pensó que marcar a una omega sería tan doloroso y que los síntomas serían tan intensos. Abría los ojos notando que había dormido más de la cuenta porque ya era de noche, se movía y sentía a Christina acomodada a su lado -Hola... Me siento un poco mejor- susurraba notando lo diferente que se sentía el cuerpo de su mujer -¿Christina?- encendía la lampara de noche -¡Por la mierda!- gritaba notando el rostro dormido de Arielle -¡Hey!- decía moviéndola con violencia.

-Deja de gritar- pedía dándole la espalda -Y si me vuelves a abrazar te mataré- amenazaba.

-¿Qué haces aquí? ¿Y qué haces en mi cama?- preguntaba con molestia.

Volveré Junto A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora