CAPITULO 26

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Revisaba que las cantidades coincidieran con los números de los registros, todo estaba en orden y el pago de los trabajadores tendría que realizarse sin ningún problema. Sonreía recordando como su padre le enseñó el poco conocimiento de finanzas y más que todo cómo manejar todas las cuentas de la hacienda, estaba segura de que esa era una de las pocas razones por las cuales Arielle aún necesitaba de ella.

-Adelante- decía escuchando los toques a la puerta -Maribel ¿Cómo puedo ayudarte?-

-Buenas noches, señorita, ha llegado una muchacha que dice ser la nueva administradora-

-¿Qué son estas horas de venir? Son casi las 8 de la noche- decía con molestia -¿Arielle ya regresó?-

-Si, señorita. Pero pidió que no la molestaran, se encerró en su habitación al regresar del evento-

-Entiendo- respondía guardando los documentos y sacando la llave de su antigua casa -Yo me encargaré de atenderla- se incorporaba y salía de la oficina de su padre para conocer a la nueva administradora -Buenas noches- saludaba a la señora de cabellos claros -Me dijeron que es usted la nueva administradora-

-Buenas noches- escuchaba y se giraba para enfocar a una mujer más joven -Soy yo, Fátima Sevilla, mucho gusto-

-Oh- decía confundida y avergonzada -Perdóneme, creí que ella...-

-Ella viene conmigo- interrumpía Fátima -Nos disculpamos por la hora, pero tuvimos un atraso de camino a ciudad arce, unos delincuentes nos asaltaron y nos robaron todas nuestras pertenencias-

-Por Dios, es un alivio que ambas estén bien... Hace un par de semanas asesinaron a mi padre por aquí, es por eso que se ha redoblado la vigilancia en la zona- decía con tristeza -Pero no se preocupen, le comentaré la situación a Arielle para que ella se encargue de reponer todo lo que necesiten-

-¿No está la patrona?- preguntaba Fátima, que para su sorpresa era muy bonita, sus ojos eran grandes y marrones, tenía una mirada profunda y tierna que le daba un semblante sereno. Su voz era suave y relajante.

-Si, recién regreso de un evento, pero no podrá recibirla sino hasta mañana. Si gustan les mostrare su nueva casa para que se pongan cómodas y me encargaré de organizar el desayuno de mañana para que Arielle pueda recibirlas- respondía llamando a uno de los hombres -Trae un coche, por favor-

-Si, señorita-

-El clima es muy cambiante- decía caminando hacia la camioneta -Por las tardes hace mucho calor, pero por la noche la temperatura baja muchísimo, pronto estaremos en invierno-

-Interesante- respondía la mujer quien cojeaba un poco.

-¿Está bien?-

-Si- escuchaba y subían al coche.

-La casa grande es hermosa- decía la mujer mayor.

-Y por dentro es mucho más, hace poco la remodelaron por ordenes de la nueva patrona- comentaba con un poco de molestia -Llegamos, esta es la llave principal- decía abriendo la puerta -La casa consta de 2 habitaciones, cada una con su propio baño, una cocina y una pequeña sala de estar-

-Es más que suficiente- respondía Fátima.

-Normalmente los empleados comemos en la casa grande, se sirve el desayuno a las 6 de la mañana, el almuerzo a las 12 y la cena a las 6 de la tarde de lunes a viernes. Mañana les enviaré a una criada que se encargará de atenderlas, como de limpiar y cocinar en algunas ocasiones-

-No hará falta- escuchaba -Nosotras nos las arreglaremos solas, Delia es mi criada de confianza-

-Esta bien- decía confundida -Por aquí está el teléfono, mañana les llamaré para dejarles saber que un coche vendrá por usted para llevarla a la casa grande-

Volveré Junto A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora