CAPITULO 38

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Caminaba de un lado a otro intentando tranquilizar sus nervios, pero escuchar a Laura solo empeoraba la situación.

-Fue una pésima idea venir a este lugar- escuchaba -Arielle no sabe que estamos aquí y en cuanto se entere nos correrá a patadas-

-Lo sé- musitaba sentándose en el borde de la cama -¿Y qué hacemos, Laura? No tenemos dinero, no tenemos comida... Shannon VanDyke nos busca y sabes que nos puede asesinar con facilidad-

-Te recuerdo que tu cuñada puede hacer lo mismo-

-No lo hará- decía -Tengo que convencer a Emma para que hable con ella y nos permita quedarnos un par de meses-

-¡¿Meses?!- gritaba su mejor amiga.

-En estos momentos esta hacienda es el lugar más seguro para nosotras, prefiero aguantar a la malhumorada de Arielle que tener que vivir con miedo a que VanDyke me desaparezca del mapa-

-Debiste tratar mejor a Sarah-

-No la menciones- pedía borrándose el rostro de Sarah de su mente -No quiero pensar en ella- susurraba.

-Te conozco desde que tenemos 3 años- escuchaba -Mi papá y tu mamá estaban embarazados al mismo tiempo, te conozco mejor que nadie- decía Laura -No me puedes mentir-

-No lo hago- respondía con molestia ignorando los ojos marrones que la veían fijamente.

-Llegaste a sentir algo por la feita-

-Feromonas- corregía.

-Era lo que tu hermana decía sentir por Betancourt ¿Y quieres que te recuerde que esas dos son asquerosamente románticas?-

-No hay comparación- susurraba -Arielle es guapa y mi hermana es hermosa, pero Sarah...- hacía una pausa y el cuerpo desnudo de esa omega se cruzaba por su mente, podía recordar cada detalle, incluso el sonido de su voz y su risa -Es Sarah- musitaba al tiempo que escuchaba la puerta abrirse de golpe -Oh, hola, Christina-

-Hermanita, me dijeron que dormías ¿Cómo esta esa pancita?- preguntaba Laura acercándose a su hermana menor -¿Geo te ha tratado bien?-

-Tengo una pregunta para ustedes dos y más vale que me respondan de una vez- sentenciaba -¿Qué hacen aquí?-

-Oh vamos Chris- decía -Mis dos hermanas menores están aquí, en casa me sentía demasiado sola y quise venir a pasar unos días con ellas-

-Eso lo entiendo ¿Pero y tú?- preguntaba señalando a Laura -No sabías que yo me encontraba aquí-

-Quería acompañar a Vero- respondía Laura.

-No les creo nada- escuchaba.

-¿Han visto a mi esposa?- reconocía la voz de su cuñada en el pasillo.

-Arielle ha regresado después de casi una semana fuera de la hacienda- decía Christina -Lo que significa que mi mujer también regreso-

-Adiós hermanita-

-Mierda... ¿Y si Arielle nos corre esta noche?- preguntaba Laura preocupada.

-Esperemos un poco, Emma dijo que hablaría con ella... Quiero creer que mi hermana tiene formas de convencer a su esposa- decía -Dios muero de hambre-

-Será mejor que nos arreglemos para la cena, al parecer todo mundo estará en la mesa-

-Si- decía.

La hacienda era muchísimo mejor de lo que Emma decía, el lugar estaba lleno de lujos y detalles tan finos que podían deslumbrar a cualquiera. Las habitaciones parecían de hotel de cinco estrellas, pensaba que su hermana menor hubiese sido una idiota en dejar pasar la oportunidad de volverse la dueña y señora de esa mansión.

Volveré Junto A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora